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China cambia entusiasmo por rigor en África

Los financistas chinos no se muestran tan audaces como hace 15 años, acobardados por los precios caprichosos de las materias primas, la inestabilidad política y una serie de inversiones perdidas.

La entusiasta incursión china en África se desvanece. En momentos en que el comercio con el continente supera los 160 mil millones de dólares anuales, las compañías chinas evitan el riesgo mediante participaciones menores en proyectos que estén cerca de la rentabilidad.

Acobardados por los precios caprichosos de las materias primas, la inestabilidad política y una serie de inversiones perdidas, los financistas chinos no se muestran tan audaces como hace 15 años, cuando las gigantes estatales usaban su abundancia de efectivo para impulsar la salida al exterior del país y el aumento de los negocios en el extranjero.

"Había mucho entusiasmo y energía", dijo Clement Kwong, cuya Long March Capital Ltd., que tiene sede en Pekín, se asoció el año pasado con otros inversores para la absorción de una compañía aurífera sudafricana. "Esa energía se ha visto limitada como consecuencia de un nuevo nivel de prudencia y aversión al riesgo".

China superó a los Estados Unidos como el mayor socio comercial de África en 2009. Los volúmenes comerciales se multiplicaron por 11 en la década hasta 2013, según datos del Centro Internacional de Comercio, que tiene sede en Ginebra. La búsqueda de rentabilidad se impone ahora al objetivo más amplio de extender la presencia china en el exterior.

Las compañías privadas más chicas se adelantan a los gigantes estatales que prepararon el terreno. Luego de que muchos gobernantes africanos revirtieran su fervor inicial por China, los nuevos actores son menos conspicuos y obtienen retornos con más rapidez.

Los fracasos han moderado el entusiasmo de China por los grandes negocios del pasado, tales como el notable acuerdo de dos mil millones de dólares de petróleo por infraestructura con Angola de 2004.

Errores de China

Gabón anuló el proyecto de tres mil 500 millones de dólares de China Machinery Engineering Corp. de desarrollar el yacimiento de mineral de hierro Belinga en 2012, mientras que una mina de cobre y cobalto china en República Democrática del Congo se ha visto retrasada mientras las compañías esperan legislación que garantice exenciones impositivas.

La búsqueda de níquel y cobre en Tanzania por parte de Jinchuan Group Co. Ltd. fracasó en 2011, cuando la cuarta mayor productora mundial de níquel comprobó que no obtendría una licencia para excavar una reserva natural. El líder del proyecto, Jianke Gao, fue enviado a construir una mina sudafricana como máximo responsable ejecutivo de Wesizwe Platinum Ltd. Jinchuan había comprado una participación de 45 por ciento.

"Antes de comprar un proyecto aquí, ahora las compañías chinas investigarán más para tomar luego una decisión", dijo Gao en una entrevista. "Cuando los inversores chinos van a otros países a invertir hay muchos ejemplos de fracaso".

Libia proporcionó a China el mayor llamado de atención cuando en 2011 la guerra civil obligó a las compañías constructoras chinas a abandonar miles de millones de dólares en equipamiento y empresas y se evacuó a 30 mil trabajadores chinos.

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