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Chavistas armados dispuestos a defender revolución



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Carlos Torres abre la puerta con alambre de púa que da acceso a un barrio controlado por una pandilla conocida como "La Piedrita", lugar al que la policía no se atreve a entrar sin permiso.

"Leales al Comandante Chávez", reza una pancarta colgada a la entrada de este reducto ubicado en la barriada del 23 de enero, al oeste de Caracas. Este barrio pobre es el hogar de un pequeño ejército de jóvenes armados con pistolas; hombres que, como Torres, han asumido el rol de guardianes de la "revolución socialista" del fallecido Hugo Chávez.

Como él, estos jóvenes constituyen parte del núcleo duro de defensa del chavismo, y que bajo ninguna circunstancia permitirán que la "oligarquía" y sus presuntos patrones de Washington vuelvan al poder.

"Eso nos costaría sangre, sudor y lágrimas, pero no regresarán", dijo Torres dando a entender, como han hecho otros chavistas, que no aceptarían una victoria de la oposición en las elecciones.

Si la "revolución socialista" del popular caudillo resulta amenazada por enemigos internos y externos, como dijo el que fue ungido como su sucesor por el ex mandatario, estos jóvenes estarían en la línea de defensa.

Se trata de cientos de personas fuertemente armadas, en constante estado de alerta, algunos muy nerviosos en apariencia, que están diseminados a lo largo de las colinas del área metropolitana de Caracas y que pertenecen a oscuras organizaciones autollamadas "colectivos", acusadas de intimidar a opositores políticos y de algunas otras cosas peores.

Para estos seguidores de Chávez, el llamado que el lunes hizo el ministro de Comunicación Ernesto Villegas para estar "en pie de guerra" se escuchó elocuente y claramente.

Son el rostro más visible de un contingente de cuadros armados leales al gobierno, que no tienen nada que ver con una milicia nacional de 125,000 miembros afiliada a las fuerzas armadas, en un país lleno de armas y que tiene la segunda tasa de asesinatos más alta del mundo.

Lo que hace que estos grupos resulten un factor potencialmente peligroso, según dirigentes de la oposición y activistas de los derechos humanos, es que las autoridades generalmente no se meten con ellos.

Maduro también expulsó a dos agregados militares estadounidenses aduciendo que trataron de reclutar oficiales venezolanos para "proyectos desestabilizadores", lo que para Torres es prueba suficiente de que Washington está tratando de sabotear la revolución ahora que un cáncer mató a su abanderado.
 
"La CIA está entrenada para este tipo de cosas. Ha contribuido con el derrocamiento de gobiernos y derramado sangre en Centro y Sudamérica", indicó.
 
"Pero ellos estarán aquí contra el pueblo", agregó Torres. "Sólo dejen que traten de ponerlo a prueba y no habrá una gota más de petróleo para Estados Unidos", el principal importador del crudo venezolano.
 

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