Mundo

Cardenales mexicanos, sin peso en la capilla Sixtina


 
Roxana González García
 
En las quinielas de los vaticanistas no aparece ningún aspirante mexicano al papado y por el contrario, la representación que asiste al cónclave para elegir al sucesor de Benedicto XVI llega totalmente desprestigiada por los escándalos de pederastia y sin mayor peso que el de 3 votos, por debajo de Brasil, que tiene 5.
 
En entrevista con EL FINANCIERO, fray Julián Cruzalta, profesor de teología en el Instituto de Formacion Teológica Intercongregacional de México y asesor de la organización Católicas por el Derecho a Decidir, explicó que más que una carta fuerte entre los candidatos a suceder a Joseph Ratzinger, la iglesia mexicana constituye en este momento un "contrapeso", por las acusaciones sobre el arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera, en torno a la protección que brindó a sacerdotes pederastas.
 
La iglesia mexicana -insistió el también catedrático en la UNAM- arriba al cónclave desprestigiada a nivel mundial por el abuso de menores perpetrado por Marcial Maciel y Nicolás Aguilar en Puebla, delitos que no han sido castigados, y con graves problemas éticos. Su peso real es mínimo, ya que ninguno de sus cardenales es mencionado como aspirante al trono de Pedro.
 
Los 3 mexicanos que asisten a la elección en la capilla Sixtina son:Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de MéxicoFrancisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara y presidente desde noviembre de la Conferencia del Episcopado MéxicanoJuan Sandoval Íñiguez, arzobispo emérito de Guadalajara
 
El desprestigio y debilidad de Rivera Carrera, según Cruzalta, quedó evidenciado en la visita que Benedicto XVI hizo a México en 2012, en la que "se le vio alejado e ignorado" por el pontífice. "Era gente allegada a Juan Pablo II más que a Benedicto XVI, lo que sumado al escándalo de pederastia que lo acosa, lo aleja definitivamente de cualquier oportunidad de escalar posiciones en el Vaticano", dijo.
 
A su vez, Sandoval Íñiguez, quien este mes cumplirá 80 años, la edad tope para participar en el proceso, carece de oportunidades, pues numerosos cardenales se han pronunciado por un papa joven, apuntó.
 
Sufragios
 
En el caso de Robles Ortega, opinó Cruzalta, el también exarzobispo de Monterrey (2003-2011) no lograría 2 terceras partes de los 115 sufragios que se requieren, "cuando la mayoría de los cardenales que intervienen en la elección son europeos (62) y muchos de ellos son criticos de la iglesia mexicana por el abuso a menores".
 
Sin embargo, los mexicanos, expuso, podrían constituir un factor "facilitador" del consenso, por sus estrechos lazos con el clero de América Latina, donde se encuentra casi la mitad de los católicos del mundo. "Debemos pensar en Hispanoamérica y en las estrechas relaciones efectivas y afectivas que la iglesia de México tiene como puente con Europa", consideró Cruzalta, especializado en teología moral y teología ecofeminista.
 
Añadió que la elección del nuevo papa traerá ventajas o desventajas para México, pero todo dependerá del proyecto que tenga "y lo mejor sería que llegue con el propósito de atender a los pobres y voltee a América Latina, África y Asia y no sólo a Europa, como pasó con Benedicto XVI", dijo.
 
 
 

También lee: