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Burundi rechaza misión de paz de la UA

Luego del conflicto en Burundi estalló después de un fallido golpe de Estado contra Nkurunziza en mayo pasado, la estabilidad política y social se ha deteriorado exponencialmente. Sin embargo, el gobierno declara no aceptar las misiones de paz que la Unión Africana había planeado enviar. 

El gobierno burundés advirtió hoy que impedirá que tropas extranjeras entren a su país, después que la Unión Africana (UA) anunció que desplegará una fuerza pacificadora de cinco mil soldados para frenar la violencia en Burundi.

Aunque la situación de seguridad en Burundi se deterioró en los últimos meses, tras la reelección del presidente Pierre Nkurunziza en julio pasado, las autoridades negaron este sábado que el país necesite una fuerza de paz.

"Tenemos un gobierno legal y democráticamente elegido que debe ser consultado antes de tomar tales decisiones", sostuvo el portavoz presidencial Gervais Abayeho, al comentar la decisión adoptada el viernes por la UA.

El Consejo de Paz y Seguridad del bloque panafricano acordó el envío de una misión de paz a Burundi para proteger a los civiles de la violencia por un periodo inicial de seis meses, aunque la medida deberá ser respaldada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Las fuerzas africanas tendrían el mandato de evitar cualquier deterioro de la situación en Burundi, proteger a la población civil y contribuir a la creación de las condiciones necesarias para que las partes se sienten a la mesa de negociaciones.

"No vamos a permitir tropas extranjeras en Burundi. No las necesitamos. Somos un país que aporta a varias misiones de paz de la Unión Africana y ahora ¿queremos traer fuerzas de paz a nuestro país?", declaró Abayeho, citado por la cadena de noticias Al Yazira.

Sin embargo, la UA dio al gobierno de Burundi 96 horas para cooperar plenamente y aceptar el despliegue de fuerzas de paz, y le advirtió que se reserva el derecho de hacer cumplir su decisión de enviar una misión de acuerdo con sus estatutos.

El conflicto en Burundi estalló después de un fallido golpe de Estado contra Nkurunziza en mayo pasado, pero la situación empeoró luego que el presidente anunció su candidatura para buscar un tercer mandato en las elecciones de julio siguiente.

Sin embargo, fue su victoria electoral la que desencadenó una gran inconformidad popular que suscitó masivas protestas callejeras contra su gobierno, las cuales degeneraron en ataques y enfrentamientos armados.

La semana pasada, al menos 87 personas murieron en un ataque en Burundi, pero se estima que desde que comenzaron las protestas han muerto más de 400 personas, mientras que unas tres mil 500 han sido detenidas durante la crisis, según datos de la ONU.

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