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Brexit, la amenaza para bancos con sede en Londres

Al salir de la Unión Europea, Reino Unido debe enfrentarse a decidir entre perder el derecho de pasaporte, el cual permite a los bancos mundiales con sede en Londres ofrecer servicios al resto de Europa o aceptar normas sobre las que no puede decidir.

La banca británica está bajando sus expectativas en lo referente a asegurar un acuerdo del Brexit que mantenga a salvo al principal sector de Reino Unido.

Tras meses de coacción para mantener la actual forma de acceso sin restricciones al mercado único de la Unión Europea después de la retirada del Reino Unido, el grupo de presión TheCityUK rebajó sus exigencias el jueves. Ya no es tan expresivo en su búsqueda del denominado derecho de pasaporte, que permitiría a los bancos mundiales con sede en Londres ofrecer servicios al resto de Europa.

Aunque el responsable del grupo, Miles Celic, ha declarado que TheCityUK no "se está alejando de la búsqueda de un acceso continuado al mercado único", la ausencia de la palabra "pasaporte" en una lista de prioridades del sector de dos páginas se suma a la admisión en privado de los ejecutivos de banca de que es poco probable que conserven ese derecho tras el Brexit.

El sueño de mantener el status quo ha chocado con la reticencia de la primera ministra, Theresa May, a conceder un estatus especial al sector financiero en sus negociaciones, y con las advertencias por parte de la UE de que el énfasis de May en la reducción de la inmigración conllevaría un coste económico. En su lugar, los bancos se están centrando cada vez más en asegurarse una versión de la "equivalencia", una opción que antes figuraba bastante abajo en su lista de prioridades.

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¿Por qué es tan difícil mantener el pasaporte?

El derecho de pasaporte permite a las empresas autorizadas en un país del Espacio Económico Europeo (EEA, por sus siglas en inglés) desempeñar una serie de actividades de negocios permitidas dentro del bloque. Es un gran atractivo para los grandes bancos extranjeros, como JPMorgan Chase o Citigroup, que tienen la sede de sus operaciones europeas en Londres. En la actualidad, el EEA se compone de los 28 países miembros de la UE, además de Islandia, Liechtenstein y Noruega.

Ser miembro del EEA, sin embargo, cuesta un precio que el gobierno de Reino Unido podría no estar preparado para pagar: contribuir a los presupuestos de la UE y aceptar la normativa del bloque, que incluye la libre circulación de trabajadores entre los países, aunque no da voz a la hora de desarrollar dicha normativa.

May indicó el 8 de enero que recuperar el control de la inmigración y de la legislación son sus prioridades para el Brexit, incluso si ello significa renunciar al mercado único. Esa es una línea roja para Europa.

"El derecho de pasaporte está ligado al mercado único, y dejaría de aplicar inmediatamente si Reino Unido ya no es ni siquiera parte del Espacio Económico Europeo", explicaba el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, al diario Guardian en septiembre.

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¿Qué es la equivalencia?

La equivalencia se refiere al reconocimiento por parte de la Comisión Europea de que la normativa y la supervisión de líneas de negocio específicas de un país fuera de la UE son tan rigurosas como las suyas.

Esto permite a la UE confiar en el cumplimiento de las empresas de esos marcos de trabajo, minimizando los solapamientos por ambos lados, y reduciendo los costes de capital para las empresas de la UE expuestas a terceros países equivalentes.

La diferencia principal entre el derecho de pasaporte y la equivalencia es que el primero es un derecho y la segunda un privilegio. La equivalencia puede retirarse con un preaviso corto, con probabilidad cubriría menos servicios y podría traducirse en que Reino Unido tuviera que aceptar normas sobre las que no puede decidir.

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