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Bachelet llega como favorita a segunda vuelta en Chile


 
SANTIAGO.- La ex mandataria socialista Michelle Bachelet se encamina a recuperar el domingo la presidencia de Chile con un audaz programa de reformas para corregir las desigualdades sociales en el mayor exportador de cobre del mundo.
 
Bachelet obtuvo un 46.6 por ciento de los votos en la primera vuelta disputada hace un mes y según analistas no debería tener problemas para imponerse nuevamente el domingo a su rival conservadora Evelyn Matthei, que logró un 25.01 por ciento de los sufragios.
 
De estilo afable y cálido, la socialista quiere pasar a la historia como la presidenta que acortó la enorme brecha entre ricos y pobres en Chile mediante una revolución en la educación pública financiada con una millonaria reforma tributaria. Hasta ahí la parte relativamente fácil.
 
Bachelet podría hallar mucha más resistencia para reescribir la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet, que limita la construcción de mayorías en el Congreso y dificulta gobernar.
 
"Tenemos dos alternativas este domingo: Una que quiere cambios y otra que se opone", dijo Bachelet, una médica de 62 años que gobernó el país entre el 2006 y 2010, en un debate electoral realizado esta semana.
 
Su promesa de mejoras sociales sedujo a muchos chilenos que no se sienten beneficiados por las riquezas naturales de Chile, una de las naciones más estables de América Latina.
 
Matthei, confrontacional y de carácter inflamable, corre con la desventaja de haber entrado tarde a la carrera presidencial. Además, la ex ministra de Trabajo no ha logrado convencer a la mayoría de los chilenos de apoyar la continuidad de las políticas liberales del saliente Sebastián Piñera.
 
Después de la primera vuelta, la candidata derechista rejuveneció su equipo de campaña para intentar seducir a votantes de centro y acortar la brecha con Bachelet en el balotaje.
 
"Si votaste por mí y llevas a alguien que no votó en primera vuelta, ¡Sí se puede!", dice Matthei en un anuncio de radio.
 
Su apuesta es mejorar el nivel de participación en los primeros comicios con voto voluntario en Chile. En noviembre sufragó la mitad de los 13.6 millones de habilitados.
 
Bachelet tampoco se confía. A bordo de su camión "Bachemóvil" ha recorrido las principales ciudades del país invitando a los chilenos a votar para asegurarse el respaldo legislativo que necesita para aprobar sus reformas.
 
Para la mayoría de los analistas, la suerte de la elección ya está echada y sólo resta saber con qué nivel de adhesión triunfará Bachelet.
 
"Creo que el objetivo de ella es (conseguir) más del 60 por ciento, algo más del 65 por ciento es muy bueno", dijo Kenneth Bunker, analista político de la Universidad Diego Portales en Santiago. "Cualquier cosa por debajo del 55 por ciento sería un mal resultado para ella".
 
Dos de los candidatos menores de la primera vuelta, el ecologista Alfredo Sfeir y el economista Franco Parisi, le dieron su apoyo a la ex presidenta.

Durante el primer gobierno de Bachelet, Chile se consolidó como una de las historias económicas de éxito en América Latina y ahora la política socialista quiere acortar la persistente brecha social.
 
Para financiar una educación gratuita, prometió una reforma fiscal que busca recaudar unos 8 mil 200 millones de dólares adicionales con un alza de los impuestos corporativos y el fin de beneficios a empresas. Parte del dinero será usado para mejorar la salud pública y las pensiones.
 
Su propuesta es aplaudida por muchos chilenos y encontró hasta ahora poca resistencia, incluso entre los empresarios que deberán abrir la billetera.
 
"Bachelet representa la esperanza de más inclusión en un contexto de continuidad", dijo Patricio Navia, analista político de la Universidad de Nueva York. "Ella no quiere cambiar la hoja de ruta, quiere hacerla más inclusiva. No quiere cambiar de rumbo, quiere llegar más rápido".
 
Pero, durante la campaña, Matthei ha advertido que la reforma fiscal golpeará el crecimiento e inversión en momentos en que Chile atraviesa por una desaceleración de su economía.
 
"Cuando usted abre espacio a que las reglas del juego van a cambiar sustancialmente, la inversión se paraliza. Es obvio", dijo la candidata derechista.
 
Los aliados de Bachelet, una coalición que incluye desde comunistas hasta democratacristianos, no obtuvieron la victoria que esperaban en los comicios legislativos que se realizaron junto con la primera vuelta de noviembre. Y eso podría comprometer su capacidad de realizar reformas clave.
 
La reforma tributaria para mejorar la educación requiere por ejemplo de una mayoría simple que Bachelet no debería tener problemas en lograr.
 
Más complicado será promulgar una nueva Constitución para eliminar un complejo sistema electoral diseñado durante la dictadura de Pinochet. Para eso necesitará dos tercios.
 
Por ello, analistas creen que si Bachelet triunfa el domingo deberá conformar un gabinete con mucha capacidad de negociación y acercamiento a parlamentarios de derecha e independientes.
 
La votación del domingo comenzará a las 8:00 horas locales y se espera que sea más rápida que en la primera vuelta, cuando hubo decenas de candidatos.

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