SANTIAGO - La presidenta chilena, Michelle Bachelet, anunció el envío al Congreso de una reforma tributaria para financiar cambios profundos en la educación, en unos de los países con peor distribución de la riqueza en América Latina y que actualmente enfrenta una desaceleración en su economía.
La mandataria socialista, quien asumió las riendas del país hace tres semanas, planea aumentar hasta un 25 por ciento el gravamen a las empresas, desde el 20 por ciento actual y reducir la evasión tributaria.
El aumento en los impuestos corporativos permitiría una recaudación adicional equivalente a unos 8 mil 200 millones de dólares o 3 puntos porcentuales del PIB, pero también buscaría por esa vía equilibrar el balance fiscal estructural en un plazo de cuatro años.
Junto con el alza tributaria, el gobierno planea eliminar beneficios asociados a la reinversión de las utilidades de las empresas, en un trámite con "urgencia simple" en el Congreso, es decir, con un plazo de 30 días para ser discutido en la Cámara de Diputados y un período similar en el Senado.
Uno de los principales artífices de la reforma tributaria, el ministro de Hacienda Alberto Arenas explicó que con estos cambios impositivos se alcanzará una "gobernabilidad en el crecimiento".
En el palacio presidencial, Bachelet dijo que el proyecto permitirá a los inversionistas tener las reglas claras en Chile y a su vez lograr una mejor distribución del ingreso.
"Estamos dando inicio a una de las reformas más importantes de mi gobierno junto a la reforma educacional y una nueva constitución", dijo Bachelet en la ceremonia de suscripción del proyecto.
"La reforma tributaria es necesaria y tiene un sentido de largo alcance. No se trata solo de recaudar más recursos para hacer más cosas (...) nos permitirá avanzar en solidaridad social (...) Esta reforma no va a frenar el crecimiento", agregó.
El envío al Congreso de la reforma tributaria, que no tendría escollos para su aprobación, ocurre en momentos en que la economía del mayor productor mundial de cobre se ha enfriado por una fuerte caída de la inversión y débil demanda externa.
La presidenta planea un mensaje a la nación la noche del lunes para entregar más detalles de la reforma.
ESCENARIO ADVERSO
Poco antes de que la mandataria firmara el envío del proyecto al Congreso, una entidad gubernamental difundió la última fotografía de la economía a nivel sectorial y laboral con cifras poco alentadoras.
El estatal Instituto Nacional de Estadísticas dijo que la producción manufacturera se contrajo un 2.0 por ciento en febrero, una variación más profunda de lo esperado, mientras que el desempleo se mantuvo en 6.1 por ciento al cierre de ese mes.
También se informó que las ventas de los supermercados, un indicador del comportamiento del consumo, crecieron un 3.7 por ciento en febrero, uno de sus menores rendimientos de los últimos meses. La generación eléctrica, en tanto, disminuyó un 0.1 por ciento.
El menor desempeño de la economía chilena sería refrendado más tarde por del Banco Central.
El organismo rector revelará su nuevo Informe de Política Monetaria (IPoM), con un probable ajuste en su pronóstico de expansión del Producto Interno Bruto (PIB) a un rango de 3.25 a 4.25 por ciento, según la mediana de estimaciones de siete analistas consultados por Reuters.
En diciembre, el organismo había calculado un crecimiento de entre 3.75 a 4.75 por ciento para este año.
Para estimular la deprimida economía chilena, el Banco Central ha recortado en los últimos meses en 100 puntos básicos hasta un 4.0 por ciento la Tasa de Política Monetaria (TPM).
Con todo, el presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara, dijo el fin de semana que la intención de financiar los cambios en la educación a través de una reforma impositiva no debería alterar el orden de las finanzas de Chile.
"Desde la perspectiva macro(económica), sabemos que tendremos cuentas fiscales equilibradas y el Gobierno ha dicho eso", comentó Vergara durante el foro del Instituto Internacional de Finanzas en Costa do Sauípe, Brasil.