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Alicia Machado se suma a campaña de Clinton en Florida

En un evento en Florida, la candidata demócrata estuvo acompañada por Alicia Machado, quien fuera criticada por Donald Trump al ganar 20 kilos después de ganar la corona de Miss Universo en 1996.

A medida que la mordaz contienda presidencial da tumbos a la recta final, cada candidato proyecta al otro de manera agresiva como una opción catastrófica para la Casa Blanca. El exaltar sus propias virtudes y visiones ya pasó a segundo término.

Hillary Clinton se enfocó el martes en los comentarios degradantes y depredadores de Donald Trump sobre las mujeres, acusándolo de "abusivo".

En esta ocasión se hizo acompañar de la ex Miss Universo venezolana Alicia Machado. El multimillonario criticó a Machado por subir de peso luego de ganar el certamen de 1996.

La exMiss Universo acompañó a la candidata demócrata a un evento de votación temprana que tuvo lugar en Pasco-Hernando State College en Dade City, en el esto de Florida.

La retórica de campaña de Trump siempre ha sido oscura, llena de descripciones mordaces de un país que se desmorona, y no se ha inhibido en criticar a Clinton. A menudo se refiere a ella como "la deshonesta Hillary" y "la persona más corrupta que haya aspirado jamás a la Casa Blanca".

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Pero Trump también ha incrementado su andanada verbal, luego de que en las últimas semanas de octubre recibió un par de obsequios políticos que podrían darle grandes resultados: el proyectado incremento en la tasa de las primas del sistema de gastos médicos auspiciado por el presidente Barack Obama y la reveladora carta del director del FBI, James Comey, en la que informa que sus agentes revisan correos electrónicos que podrían estar relacionados con el servidor privado que usó Clinton.

Su campaña ve el asunto del FBI como una oportunidad en particular para reforzar las dudas sobre la credibilidad de Clinton y para recordarles a los votantes que, si la envían a la Casa Blanca, ello podría representar el regreso de los escándalos que marcaron la presidencia de Bill Clinton en la década de 1990.

"Estaría bajo una prolongada investigación penal y posiblemente en un juicio penal", dijo Trump el lunes durante un acto político en Michigan. "Así que tendríamos un juicio penal para un presidente en funciones".


Las acusaciones de agresión sexual que han perseguido al aspirante republicano en las últimas semanas y una nueva revisión por parte del FBI a los usos que le dio Clinton al correo electrónico posiblemente refuercen las percepciones negativas del público, lo que deja a los candidatos con el único argumento de presentarse, básicamente, como la mejor opción entre dos nominados poco atractivos.

"Preferiría estar hablando aquí sobre prácticamente cualquier otra cosa", dijo Clinton el martes durante un mitin en Florida, en donde desató una serie de ataques sobre el carácter y las aptitudes de Trump para la Casa Blanca. "Pero no puedo simplemente hablar de todas las cosas buenas que queremos hacer".

De hecho, los discursos de Clinton en su última semana completa de campaña se han enfocado de manera abrumadora en Trump. El lunes se expresó en contra de darle la autoridad al magnate de ordenar un ataque atómico, y se hizo acompañar por un ex funcionario de lanzamiento nuclear para fortalecer su argumento.


"Imaginen a sus asesores atemorizados de decirle lo que él no quiere escuchar, compitiendo contra su legendario margen breve de atención para tomar decisiones de vida o muerte que son demasiado complejas para resumirse en un solo tuit", afirmó Clinton el lunes en Ohio. "Luego imagínenlo sumergiéndonos en una guerra porque alguien lo hizo enojar".

Luego de pasar gran parte del verano y el otoño arremetiendo contra Trump, Clinton había planeado cerrar su campaña con un tono más positivo. Habló sobre darles a los estadounidenses motivos para votar a favor, no sólo en contra. Y con las encuestas de opinión pública mostrándola con claras ventajas en la mayoría de los estados sin inclinación marcada por uno u otro partido, comenzó a hablar sobre cómo sanar las divisiones y unir al país después de los comicios.

Pero sus asesores dicen que vieron que la contienda se volvió más reñida incluso antes de que el FBI lanzara su nueva revisión de correos electrónicos. La campaña ahora cree que necesita un último esfuerzo para mostrar a Trump como una opción inaceptable con el fin de asegurarse el triunfo entre los votantes indecisos.

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