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Alcalde de Roma cierra el tráfico en torno al Coliseo


 
Reuters

Roma.- Depués de menos de dos meses en el cargo, el alcalde de Roma, Ignazio Marino, ha prometido una revolución en la capital italiana con la que se arriesga a despertar la ira de los conductores, al cerrar al tráfico la zona que rodea el antiguo foro imperial.

Las calles próximas al Foro y al cercano Coliseo se cerrarán el sábado por la noche para una serie de celebraciones especiales antes de ser cortadas de forma permanente, a partir de las 5.30 de la mañana del domingo.

La decisión ha despertado una acalorada reacción de opositores y residentes, así como conductores que temen el caos al desviar el tráfico, pero el alcalde del Partido Democrático dice que los tesoros arqueológicos de Roma, incomparables pero a menudo descuidados, van más allá de la política local.

"No quiero que se convierta en un asunto del distrito de Monti", dijo esta semana el cirujano de 58 años convertido en político, en referencia a la zona de la ciudad donde se ubican los monumentos. "Quiero que sea un asunto del mundo entero".

El Coliseo y el Foro imperial, una serie de plazas públicas que se sobreponen entre sí construidas durante más de un centenar de años por diversos emperadores romanos, son algunos de los monumentos más espectaculares de la ciudad y atraen a cientos de miles de turistas al año.

Pero la zona está dividida desde hace tiempo por una amplia calle principal, construida en tiempos del dictador fascista Benito Mussolini que corta las antiguas ruinas y forma una arteria de transporte importante en una ciudad que ya tiene problemas para mantener el tráfico bajo control.

Es un asunto familiar en Roma, donde los proyectos de infraestructuras, incluyendo la ampliación del sistema de metro, se han retrasado durante mucho tiempo por la necesidad de proteger los tesoros arqueológicos que yacen en todos lados bajo las calles.

Pero Marino, un destacado especialista en los trasplantes de hígado que ha trabajado en Estados Unidos, compara Roma con otras capitales europeas como París, Berlín o Londres y dice que tienen que sacar más partido a su rica herencia artística o cultural.

Ya que Roma pierde gran parte de su tráfico durante las vacaciones de agosto, el impacto total de la decisión no se sentirá inmediatamente, pero ya está aumentando la oposición.

"Esto sólo creará más caos", dijo Cinizia Perugini, que regenta un kiosco de prensa en la zona. "Mis clientes están enfadados, no saben cómo llegarán hasta mí, ni yo sé cómo llegaré a trabajar".

La prohibición no afectará a todo el tráfico. Autobuses, taxis, bicicletas y vehículos de emergencias podrán transitar, aunque a velocidad reducida, y hay pocos detalles sobre otros cambios que facilitarán la vida para los peatones.
 
 

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