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Ahorro presupuestario socavó la seguridad


Agencias
 
 
WASHINGTON, DC.–– La capital estadounidense regresaba a la normalidad, después de una nueva matanza sobre la que todavía hay muchas preguntas sin respuesta, aunque informes de los medios culpan a los ahorros presupuestarios por las fallas de seguridad que facilitaron a Aaron Alexis ingresar armado con facilidad al Comando de Sistemas Navales en el Edificio 197 del antiguo astillero de la Marina, donde abrió fuego indiscriminadamente.
 
 
De acuerdo con Time, que citó a fuentes del inspector general del Pentágono, los recortes de fondos permitieron que "al menos 52 convictos tuvieran acceso de rutina sin autorización a instalaciones" de la Armada ––incluyendo la base de Washington–– "colocando al personal militar en un creciente riesgo de seguridad".
 
 
La auditoría del inspector general al Sistema de Control de Entradas Comerciales de la Armada empezó hace un año, e irónicamente sus resultados se esperaban en estos días. Alexis, contratista de la firma de tecnología The Experts, que sirvió en la Marina hasta 2011, renovó sin dificultad su credencial para ingresar a las instalaciones en julio, un pase que su ex jefe, Thomas Hoshko, calificó como "secreto", aparte de hacer notar que disponía de otro, denominado Tarjeta de Acceso Común.
 
 
 
De su lado, la cadena McClatchy destacó que el Navy Yard de Washington tiene un largo historial de fallas en la seguridad, que incluyen controles débiles en las entradas, cámaras de video mal enfocadas, luces inadecuadas y alarmas descompuestas.
 
Muy pobre
 
 
Según James Atkinson, exoficial militar de inteligencia que dirige la consultoría Granite Island Group, "la seguridad es extraordinariamente pobre, por debajo de la que se ve en Harvard, el Tecnológico de Massachusetts o en cualquier otra sede universitaria importante". La auditoría citada también menciona el testimonio de un empleado, quien aseveró que "checan tu credencial y revisarán tu coche para asegurarse de que trae el engomado vigente del Distrito Naval de Washington, pero puedes manejar en toda la base con una bazuka en la cajuela y no lo notarán.
 
 
Puedes hacerlo con un sandwich y una pistola en la lonchera y no la revisarán".
 
 
La policía indicó que sigue indagando las causas que llevaron a Alexis a lanzar su ataque, si bien se sabe que el hombre de 34 años recibía tratamiento en el Departamento de Veteranos desde agosto, ya que "escuchaba voces" y sufría de paranoia y desordenes del sueño. Si la Marina lo hubiera declarado enfermo mental habría rescindido sus credenciales, que obtuvo desde 2007 mientras se desempeñaba en la Reserva de la Marina.
 
 
Fuentes judiciales explicaron que Alexis entró a la base con un fusil automático AR-15 que sin embargo no empleó en la matanza de doce personas, a las que ultimó con una escopeta que compró legalmente en Virginia y dos armas de mano que quitó a los guardias. En su expediente se consigna que en dos ocasiones fue arrestado por incidentes con armas de fuego en 2004 y 2010 en Fort Worth y Seattle. Hoshko, en The Experts, subcontratista de Hewlett-Packard que trabaja en el sistema Intranet de los Marines, insistió en que completó con éxito seis asignaciones previas antes de ser enviado a la base naval hace una semana, incluyendo un puesto en Japón entre septiembre de 2012 y enero.
 
 


 
 
 
 
 

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