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Abenomics en Japón no benefician a todos

La política económica del primer ministro Shinzo Abe está dando múltiples ganancias a inversionistas y acciones empresariales, pero los trabajadores han visto cómo las medidas afectan directamente a su bolsillo.

Las acciones y las ganancias japonesas están trepando a las nubes con el programa del primer ministro Shinzo Abe para reactivar la economía, conocido como Abenomics.

Hasta los precios de los comercios están subiendo, punto clave luego de que años de deflación mantuvieron las billeteras bien cerradas.

Nada de eso le importa a Shuzou Matsui.

El hombre de 28 años, que inspecciona el trabajo de pintura de los autos de Toyota Motor Corp., gana unos 40 mil dólares anuales y su salario no aumentará en momentos en que debe hacer frente a la inflación y un aumento de impuestos.

Es un ejemplo de cómo los trabajadores japoneses podrían quedar rezagados mientras las políticas de Abe benefician a las compañías y los inversionistas.


Para que su estrategia económica funcione, el primer ministro dice que las utilidades de las empresas como Toyota, donde se proyecta que las ganancias se duplicarán a un récord de 1.86 billones de yenes (18 mil 200 millones de dólares) este año, deben dar lugar a salarios más altos.

Los empleados como Matsui todavía no han visto los beneficios: en los 11 meses que terminaron a fin de noviembre, el salario de un trabajador japonés promedio aumentó sólo 0.2 por ciento; cayó 15 por ciento en la última década y media.

Los sindicatos japoneses iniciarán este mes las negociaciones contractuales,en las que harán su mayor apuesta hasta ahora a participar en los beneficios de la Abenomics.

"Esto es una prueba decisiva para ver si la Abenomics funciona o se desmorona", dijo Martin Schulz, economista de Fujitsu Research Institute de Tokio. "¿Cómo se puede lograr más crecimiento sin poner plata en los bolsillos de la gente?".

Abe hace lobby públicamente ante las compañías para que compartan la riqueza, argumentando que un mayor gasto de los consumidores es necesario para sostener la recuperación económica.

Tiene la credibilidad de alguien que hizo bajar el valor del yen, contribuyendo a que llegaran a un récord las ganancias de empresas como Toyota; Hitachi Ltd., el mayor empleador de Japón después de la automotriz; y Nomura Holdings Inc., la principal sociedad de bolsa de la nación.

ESLABÓN PERDIDO

"Sólo cuando se recupere el eslabón perdido entre la rentabilidad de las empresas y los salarios, la inversión en viviendas, autos y otros bienes durables y el consumo de los hogares en general podrán librar finalmente a Japón de la deflación", escribió Abe en un comentario del 6 de enero para Project Syndicate, foro de opinión basado en la Web.

Lo que está en juego es especialmente importante. El impuesto a las ventas de Japón aumentará de 5 por ciento en la actualidad a 8 por ciento en abril, elevando el costo de los alimentos, la indumentaria y otros productos básicos. La última vez que se aumentó el gravamen, en 1997, Japón cayó en recesión y el gobierno perdió las elecciones.

Las negociaciones entre los sindicatos y la dirección de las empresas se conocen como "shunto", o la ofensiva salarial de primavera. Sólo abarcan a los miembros de los gremios pero a menudo fijan el tono del tratamiento que recibirán otros trabajadores.

Los sindicatos, que se organizan por compañía y suelen ser más conciliadores que las agrupaciones similares de los Estados Unidos han visto el incremento que han tenido las ganancias de las empresas y parecen tener una postura más enérgica que en el pasado. Dicen que es hora de que se distribuya la riqueza.

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