Monterrey

Ya casi en el 2018

OPINIÓN. Hasta ahora, y otra vez en términos generales, la parte social en las empresas está sujeta al ámbito económico, y por lo tanto, en la medida en que este ámbito económico no mejore, la parte social debe posponerse a mejores tiempos, mejores tiempos que tal vez nunca sucedan según la mentalidad de muchos empresarios.

Llegamos a diciembre de 2017, querámoslo o no, ha transcurrido un año más que como todos los anteriores, ha tenido aventuras y desventuras pero que en términos generales ha sido positivo desde la perspectiva del "vaso medio lleno", y si no fuera así no estaríamos aquí.

Sin pretender hacer un resumen, pero si un repaso general, la sustentabilidad y con ella la responsabilidad social siguen avanzando; y esto lo podemos ver por la gran cantidad de eventos como cursos, seminarios y conferencias que se realizaron en todo el mundo sobre estos eventos, ya sea a nivel local en una ciudad o un país, y también a nivel internacional patrocinados por las Naciones Unidas o el Foro Económico Mundial, buscando cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Esto nos indica que paso a paso, de manera paulatina y tal vez lento para algunos, nos parece que no estamos actuando de manera rápida en la búsqueda de su cumplimiento; y en específico podemos decir el caso del calentamiento global. Parece inconcebible que algunos países y en particular el gobierno de Estados Unidos, lo considera como algo ficticio y no apoya en ninguna forma los pasos necesarios para detener el calentamiento.

Algo parecido sucede con la responsabilidad social, muchos la ven como algo lejano, etéreo, y que en el terreno práctico no ayuda en el desarrollo económico y si implica un costo mayor en la gestión de las empresas; esto es, un costo más que puede ser evitado y que en el corto plazo no tiene una repercusión positiva y sobre todo, no se ve reflejado de manera evidente en el estado de resultados.

Hasta ahora, y otra vez en términos generales, la parte social en las empresas está sujeta al ámbito económico, y por lo tanto, en la medida en que este ámbito económico no mejore, la parte social debe posponerse a mejores tiempos, mejores tiempos que tal vez nunca sucedan según la mentalidad de muchos empresarios.

Es posible que sea muy difícil cambiar la mentalidad de muchos empresarios, debido a que fueron educados y formados con una mentalidad en donde lo importante es el corto plazo en las utilidades, posponiendo todo lo demás para un futuro totalmente incierto, por lo que la tarea sea tal vez, buscar incidir en las nuevas generaciones, que tengan ya en su ADN incrustado el concepto de la responsabilidad social, considerándolo como un aspecto básico en el bienestar de la propia empresa y de la sociedad en general donde se encuentra inmersa.

Por lo anterior, y "pensando en voz alta", es necesario que en este 2018 que está a punto de empezar, se comience a mencionar la responsabilidad social como algo esencial en las empresas, que no es un lujo o un adorno, sino más bien como una parte importante en la manera en cómo desarrollar el negocio, y que tendrá repercusiones positivas en el estado de resultados.

El mundo actual nos obliga a pensar de manera diferente y dejar en el pasado los paradigmas del pasado que ya no funcionan, y que si pueden complicar el mundo de los negocios en los años venideros.

Seguiremos platicando …

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Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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