Monterrey

Veneno propio

OPINIÓN. Triste ver a un político que pasa de transformador a vende-lotes y administrador inmobiliario, pagando favores de patrocinares de campañas y compromisos.

Me encanta el cine y voy con mucha frecuencia. Tal vez por ello tengo elementos para decir que las segundas versiones de las películas no son tan buenas como las primeras y las terceras son aun peor.

De igual manera parece ser el caso del alcalde de San Pedro, Mauricio Fernández Garza, quien ya gobierna por tercera ocasión, y le ha ido como en el cine, cada vez con una versión peor que la primera.

A nadie le queda duda que Fernández Garza rompió paradigmas en varios sentidos cuando ganó la alcaldía en los años ochenta. Por un lado, logró sacar al PRI después de 20 años de gobierno y recuperar la plaza que su suegra conquistó en 1967 como primera alcaldesa del PAN en el país.

Además realizó una reconversión de una de las avenidas más bellas del
país, al renovar la Calzada San Pedro con árboles, lomitas y el Paseo de los Duendes y realizó una consulta (REFERENDUM) le llamó en aquellos años, sobre el uso y destino de urbano del municipio; por último podría decir que transformó la parte popular en un sector totalmente distinto y lleno de oportunidades como tiempo después lo han hecho en Colombia, Sergio Fajardo y Antanas Mokus.

Sin embargo, como segunda versión de cine, Fernández Garza en su periodo 2009-2012 se dedicó a brincarse la ley, a tener a malandros para "cuidar" el municipio al precio que fuera, incluso, según dijeron algunos comerciantes del "Centrito Valle", hasta con extorsiones económicas que llevaron a uno de sus subordinados a ser detenido
e investigado por la PGR en junio del 2010. (El Universal, 28 y La Jornada, 29 ).

Sin embargo, además de los temas anteriores, parece que Fernández Garza olvidó el cuidado que tuvo y el profesionalismo con el que manejó el uso de suelo en el municipio que gobernó en los años 80 y al cual hoy se ha dedicado a hacerle todo lo contrario.

El "referéndum" realizado en los años 89-90 por Mauricio Fernández,
rompió paradigmas y lo llevó lejos, pues además trajo expertos del mundo a un foro donde se discutió el futuro urbano del municipio, así como el cuidado que debía tenerse de la sierra y sus construcciones.

Hoy, en su tercer periodo, Mauricio ha hecho todo lo contrario y sigue
con la entrega al caos urbano iniciada durante su segundo mandato. En él autorizó una cantidad de desarrollos inmobiliarios con alturas y números de departamentos fuera de lo creíble.

No olvidemos que la ciudad no cuenta con el transporte urbano necesario, ni infraestructura vehicular para la cantidad de vehículos que vienen día con día a trabajar al municipio, y peor aún, hoy sigue empeñado en dar más permisos y acabar con lo que hace 27 años lo distinguió por respetar la "voz ciudadana" que dijo quería la vocación
de dormitorio en su municipio.

Triste ver a un político que pasa de transformador a vende-lotes y administrador inmobiliario, pagando favores de patrocinares de campañas y compromisos.

Hoy a nadie le cabe duda que San Pedro cumplió con la profecía de uno de los Conferencistas del Foro de Desarrollo Urbano y Ecología de los años 90's y que vaticino: "En 20 años, San Pedro estará como el DF y Calzada San Pedro será como las avenidas de
Polanco".

* La autora es maestra en Administración Pública. Tiene experiencia en administración pública local y estatal y en el área de docencia. Exdiputada federal. Se define como ciudadana de tiempo completo.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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