Monterrey

Sólo el 1% en NL vive con libertad financiera

Vivimos en un país lleno de oportunidades donde sólo el 3 por ciento de la población vive de los rendimientos y el 8 por ciento de sus ingresos pasivos, estas últimas personas ¡ganan muy bien sin hacer nada!, este es el nuevo modelo de este siglo.

Estimados lectores, durante dos años de dar conferencias con enfoque financiero a gremios médicos, arquitectos, ingenieros, especialistas del sector energético, estudiantes, entre muchos otros públicos, me he dado cuenta que efectivamente hay muchos miedos, mitos y también un mala definición del riesg.

Desde pequeños, cuando entramos a la educación primaria, nos han enseñado que el ahorro es bueno y hay que hacerlo como parte de nuestras vidas, pero en el fondo no está bien enfocado, ya que desde quesomos niños nos enseñan a que compremos una alcancía (la del clásico cochinito), lo llenemos de monedas y así ahorremos, pero qué pasa cuando "rompemos el cochinito" para usar ese "ahorro", ¿qué creen?… se gasta, y además se gasta en cosas innecesarias, ahí es donde empieza el ADN de un mal concepto del ahorro. Es por eso que considero que el ahorro no es bueno, en este punto es donde nace y se engendra el mal concepto del riesgo, el miedo, cuando estas dos palabras son sinónimo de ignorancia o desconocimiento ¿y porque?

La respuesta es una tradición, son las creencias y un estado de confort ligado a una mediocridad en donde el clásico empleado solo aspira a tener un sueldo hasta llegar a una pensión o jubilación.

Estimado lector, quiero decirle que el verdadero aprendizaje que debemos de tomar es que estas dos palabras, de miedo y riesgo, las debemos ver como algo muy positivo.

Yo propondría a la SEP (Secretaria de Educación Pública) ir cambiando estos conceptos de enseñanza desde el primer año de primaria, donde el riesgo sea parte del éxito de la educación financiera, puesto que no hay otro camino para lograr este objetivo.

Estoy convencido que si cambiáramos el concepto de ahorrar por el de invertir, será todo muy sencillo, para ver que pasa si el concepto de fracaso lo entendiéramos como experiencia adquirida, y que este proceso, lo único que hace es acercar a la gente más al éxito, versus no intentar nada y llegar a la edad de la jubilación con una pensión raquítica y depender de tus hijos, con las mismas creencias de vivir en un país con salarios muy bajos.

Vivimos en un país lleno de oportunidades donde sólo el 3 por ciento de la población vive de los rendimientos y el 8 por ciento de sus ingresos pasivos, estas últimas personas ¡ganan muy bien sin hacer nada!, este es el nuevo modelo de este siglo.

En Nuevo León, de acuerdo a las estadísticas proporcionadas por OPEN OCG, sólo el 1 por ciento de la población vive una vida con libertad financiera, donde tienen sus trabajos fijos, pero con ingresos pasivos.

Si usted no sabe cómo tener un éxito o libertad financiera, pueden enviar un mail a contacto@openmx.online y le llegarán invitaciones de conferencias y cursos donde le ayudarán a cambiar a tener una mentalidad innovadora para lograr su éxito.

Ahora que están las campañas políticas de los candidatos para presidente de México considero que es buen momento para que los participantes se comprometan a impulsar esta parte de la educación financiera, que es un punto medular para el progreso del país. México sigue siendo un país situado en los primeros lugares de corrupción y analfabetismo, creo que ya es el momento de no taparnos los ojos y dejar de ser borregos y realmente ser felices con una buena calidad de vida y dejar que las vidas de las personas dependan de otras.

Los dejo con las siguientes preguntas de PNL (Programación Neurolinguistica): ¿Para que nací? ¿Merezco ser feliz? ¿Merezco tener calidad de vida? ¿Soy capaz de tener libertad Financiera?

¡Hasta la próxima ¡

El autor es asesor en Estrategias de Inversión de Casa de Bolsa Finamex; Director de Columbus MX Asesores y autor del libro "Tu presente definirá tu futuro".

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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