Monterrey

Shortbread

Todo empieza con oler la galleta y puedes saber que las notas a lácteo, a pan tostado y nueces están presentes. El shortbread es un clásico en la cocina europea y es la joya de la corona de las galletas en Escocia.

Todo empieza con oler la galleta y puedes saber que las notas a lácteo, a pan tostado y nueces están presentes. El shortbread es un clásico en la cocina europea y es la joya de la corona de las galletas en Escocia. La palabra short, hace alusión a la mantequilla que se le agrega para crear esta textura que se deshace en el paladar.

Son tres ingredientes base: mantequilla, harina y azúcar. La grasa hace que la galleta tenga una textura cremosa y crujiente al mismo tiempo. Sí, increíble.

La inspiración de otros países para hacer esta galleta, también llamada Drommar, es en el Rusk del Medievo, una galleta dura porque la horneaban dos veces, que ahora cubren con chocolate y les ponen nueces encima.

Me recuerdan a las clásicas galletas navideñas de Holanda que todos regalan en las cajas redondas de aluminio con imágenes de castillos. Que las abuelas después usan para llenar de fotos. Era una desilusión abrir la caja en la alacena pensando que tenían galletas y te encontrabas con la sorpresa.

Volviendo al shortbread, éste se cocina a fuego lento para que no tomen color, y ayuda a que se derritan cuando las pruebas. Podríamos decir que es la inspiración de nuestra hojarasca norteña que también tiene esta cremosidad y cruje cuando la muerdes y espolvoreadas con azúcar y canela, yo creo que después de nuestras Glorias de Linares, las hojarascas son las que siguen en nivel de importancia. Pero el shortbread es algo más. La mejor parte: lo puedes maridar con vino.
Esta semana me tocó dar una degustación del shortbread de Neat Confections, pudimos probar algunos sabores que sorprendieron con los vinos espumosos y rosados. La galleta: perfecta. Con tonos herbales, florales, especiados y muy intensos, despertaban las notas en el cava que probamos. Es el vino que se hace con doble fermentación en la botella y se cuida artesanalmente en una bodega. Es el mismo método con el que se hace la champaña, se llama champenoise.

Todo lo que se pueda maridar con vino cae bien y si tiene mantequilla mejor. En la primera edición de D & W, mencioné al grupo de cata que tenia, y nuestro maridaje clásico era terminar llenos de mantequilla, sal y pan ácido de masa madre. Por ahora sustituiremos la barra de mantequilla por estas galletas.

La próxima vez que compres un espumoso, oporto, blanco dulce o seco, hazte un shortbread con romero, o ve por uno de los lingotes de galletas que tienen ahí en la tienda. Para que sorprendas con un maridaje nuevo.

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