Monterrey

Segunda vuelta

OPINIÓN. No cabe duda que a México le caería muy bien una segunda vuelta electoral, incluso para hacer más funcional la operatividad a nivel presidencia e incluso gubernaturas. Si tiene duda pregúntele al Bronco y a Peña Nieto por hablar de casos frescos.

Para nadie es sorpresa recordar que las dos últimas elecciones presidenciales han sido ganadas por menos del 40 por ciento del voto popular, sin el ajuste del porcentaje que votó, que daría un porcentaje total menor.

Lo anterior ha provocado una falta de legitimidad y peor aún, de "gobernabilidad" en el país, en donde es mayor la oposición al gobernante y a su proyecto que quienes lo llevaron al poder.

Por lo anterior, algunos hemos explorado e incluso sugerido la necesidad de aplicar la segunda vuelta electoral (SVE) en nuestro sistema político.

Esto ya sucede en países como Argentina, Perú, Francia y Brasil, por nombrar algunos y obliga incluso a alianzas de proyectos y visiones de país concretos y no ficticias y la gente tiene más claro que es lo que está votando, en lugar de que lo que está rechazando.

No cabe duda que a México le caería muy bien una segunda vuelta electoral, incluso para hacer más funcional la operatividad a nivel presidencia e incluso gubernaturas. Si tiene duda pregúntele al Bronco y a Peña Nieto por hablar de casos frescos.

El PRI le tuvo miedo a discutir la SVE, dado que sabía que con ella sus posibilidades de repetir en la Presidencia disminuían y por eso no hizo nada durante lo que va del sexenio actual.

Hoy cuando las cifras no le favorecen sino todo lo contrario. Hoy cuando está viendo cómo volver a frenar a Andrés Manuel, revive la segunda vuelta a escasos 14 meses de la elección vía el aliado Partido Verde.

Tan cerca a la elección, sin reglas claras y legislando en las rodillas y con dedicatoria, no creo que este paso sea en favor de México, sino todo lo contrario.

Por ello me parece importante señalar y exigir a nuestros legisladores que la frenen y si de plano no lo harán, la aprueben con un porcentaje mayor al del 40 por ciento establecido hoy, que no cambia nada de los dos procesos electorales anteriores y si provocaría más gasto, menor votación y sin un gane adicional al proyecto ganador.

El porcentaje del 40 por ciento mata la razón de ser de la segunda vuelta.

Incomprensible las razones que movieron a senadores a hacer eso y sobre todo muestra las limitantes en capacidad de análisis de los mismos y da a pensar que son más los motivos políticos por lo que considero que por hoy hay que esperar a otra segunda vuelta para discutirla.

La autora es maestra en Administración Pública. Tiene experiencia en administración pública local y estatal y en el área de docencia. Exdiputada federal. Se define como ciudadana de tiempo completo.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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