Monterrey

Sector manufacturero sigue creciendo y el sector petrolero en caída libre

OPINIÓN. Pemex registró una producción de mil 930 millones de barriles diarios, su nivel más bajo desde octubre de 1995. Ello es consecuencia de falta de inversión en el sector debido al ajuste al gasto público del gobierno federal.

El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) publicó esta semana el Índice General de la Actividad Económica (IGAE) para el mes de agosto, el proxy mensual del PIB. Según este indicador, la economía creció 2.3 por ciento en agosto y durante los primeros 8 meses del año registra una expansión de 2.1 por ciento anual. Al interior del indicador, el sector primario (que incluye el agropecuario) se contrajo en 4.1 por ciento, el sector secundario (o industrial) disminuyó 0.5 por ciento y el sector servicios aumentó 4 por ciento anual. Analicemos cada sector con detalle.

El sector agropecuario comenzó el año con gran dinamismo, influenciado por la desvalorización del peso, lo que impulsó la exportación de muchos bienes primarios. Recordemos que, en enero, la exportación de aguacate atrajo flujos de dólares mayores inclusive a la exportación del petróleo.

Este sector se desaceleró en agosto, aunque es posible que sea de manera temporal. Aun así, el sector primario es de menor relevancia para el crecimiento de la economía nacional.

El sector de los servicios continúa con un desempeño favorable probablemente como reflejo de la sólida creación de empleos que se ha observado en el transcurso del año. Sin embargo, es probable que veamos cierta desaceleración hacia futuro por varios factores. Primero, la inflación se mantiene en niveles altos (6.3 por ciento en la primera quincena de octubre), lo cual continúa restando poder adquisitivo a los hogares y empresas. Segundo, el aumento de tasas de Banxico a lo largo del año ha encarecido los créditos, lo cual probablemente se verá reflejado en un menor consumo hacia adelante.

La industria continúa decepcionando por la caída en la construcción en 1.6 por ciento, (principalmente de obras públicas) y por la persistente caída en la producción de crudo (9.9 por ciento). Por el lado de la construcción se observa un menor dinamismo de la construcción residencial (privada) por el encarecimiento de los financiamientos y la incertidumbre asociada con la renegociación del TLCAN (que retrasa las decisiones de inversión).

Por otro lado, la construcción pública sigue en caída libre a raíz del ajuste al gasto público que ya cumple 3 años. Hacia adelante se espera cierta recuperación en este sector debido a los proyectos de reconstrucción en el centro y sureste del país a raíz del reciente terremoto. Las malas noticias provienen de la producción de crudo. Pemex registró una producción de mil 930 millones de barriles diarios, su nivel más bajo desde octubre de 1995. Ello es consecuencia de falta de inversión en el sector debido al ajuste al gasto público del gobierno federal. No se espera una reversión en esta tendencia en el corto plazo.

Finalmente, las buenas noticias de la industria provienen del sector manufacturero que creció 3.3 por ciento anual en agosto (ligando 4 meses consecutivos de crecimiento). La principal razón es el buen desempeño de la producción industrial estadounidense. Un dólar más depreciado (que abarata las exportaciones de bienes finales de EUA) y un mejor entorno económico global (que demanda más bienes y servicios) están impulsando a dicho sector en el vecino país.

Lo anterior beneficia a la economía nacional al demandar más productos manufactureros intermedios (que representan 70 por ciento del total). En el corto plazo parece que este buen dinamismo continuará. Según los últimos datos del PMI manufacturero de EUA, la industria estadounidense se mantiene en expansión (60.8 puntos en octubre, donde un nivel por encima de 50 indica expansión). Sin embargo, la incertidumbre sobre la renegociación del TLCAN es un riesgo latente del sector en el mediano plazo.

El autor es el director general y fundador de GF GAMMA y catedrático en el ITESM campus Monterrey. Cuenta con un doctorado en Finanzas y maestría en Economía Financiera por la Universidad de Essex en el Reino Unido, y una Licenciatura en Economía por el ITESM (campus Monterrey).

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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