Monterrey

¿Qué portafolio prefieren?

OPINIÓN. Como parte de un proceso dinámico debe llevarse a cabo una evaluación periódica para medir los rendimientos versus su riesgo.

En días pasados, ante un grupo de asistentes mostré el comportamiento de dos tipos de portafolios, fui mostrando el rendimiento mes por mes y el rendimiento acumulado sin develar la composición de los mismos, en este ejercicio el portafolio A mostraba 5 por ciento y el portafolio B mostraba 10 por ciento de rendimiento y entonces pregunté: ¿Qué portafolio prefieren?

Antes de realizar el ejercicio yo había preguntado qué tipo de inversionista se consideraban y uno a uno me fue dando su respuesta, la mayoría se situó en un perfil que ellos catalogaron como moderado.
Es importante darse cuenta de esto, ya que al ver la tabla todos los que se consideraban moderados prefirieron tomar el portafolio que mostraba el mayor rendimiento.

Conforme fui avanzado en la sesión les mostré que ese portafolio estaba compuesto únicamente por acciones y que acorde a la teoría financiera ese portafolio corresponde al tipo de perfil agresivo y que el comportamiento del mercado accionario implica subidas y bajadas y en algunos casos muy pronunciadas.

Al darse cuenta de eso, varios asistentes se cuestionaron por su tipo de perfil y creo que el mensaje quedó claro. Por eso, yo siempre comento que el rendimiento es importante pero el manejo del riesgo lo es todavía más. Todas las personas quieren el mayor rendimiento con el menor riesgo, pero eso sólo existe en el terreno de lo intangible, todas las inversiones llevan implícito un riesgo y para entonces seleccionar un portafolio de inversiones es importante saber que tanto rendimiento se busca y a que niveles de volatilidad.

La manera de mitigar el riesgo es la diversificación pero para ello también existen reglas y estudios para hacerla de manera correcta, existe un proceso de optimización de portafolios y no solo de creencias, hipótesis o ideas que no tienen sustento.

Cuando se realiza el proceso de conformación de un portafolio de inversiones, lo primero que uno debe conocer es el perfil del inversionista, es decir, el objetivo de la inversión, la adversidad al riesgo, las expectativas de retorno, el plazo de la inversión y necesidades.

Como segundo paso, debe realizarse la mezcla, a partir de una estrategia, la selección de los activos con sus porcentajes y la optimización del riesgo/retorno.

El paso tres es ya la ejecución de una estrategia detallada con una selección que obedezca el momento en el tiempo para entrar a comprar los activos, ya sean del mercado de deuda, ya sean cetes, bonos, UDIs o de renta variable, divisas, derivados, ETFs, etc.

Finalmente, como parte de un proceso dinámico debe llevarse a cabo una evaluación periódica para medir los rendimientos versus su riesgo, ver la eficiencia del portafolio versus benchmarks y evaluar el tiempo ver si se ha cumplido parcial o totalmente el objetivo. Es importante llevar esta medición cada cierto tiempo porque las circunstancias cambian y es importante evaluar continuidad de la estrategia inicial o si se requiere un ajuste.

De ahí la importancia de no dejarse llevar únicamente por el rendimiento, sino también de otros parámetros a la hora de evaluar una inversión.

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* El autor es socio-director de México Bursátil. Especialista en Estrategia Bursátil; y Master en Administración de Empresas.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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