Monterrey

Pierde dinamismo región Norte

OPINIÓN. El crecimiento en la zona pasó de 1.4 a 0.86% entre el primero y el segundo trimestres del año. La actividad más afectada fue la minería, que registró una tasa negativa de 2.09% en el segundo trimestre.

La actividad económica en la región Norte del país experimentó un fuerte desaceleración durante el segundo trimestre de 2017, de acuerdo con el Reporte sobre las Economías Regionales Abril - Junio 2017, elaborado por el Banco de México. La región Norte incluye Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas.

De acuerdo con el reporte, el crecimiento en la región Norte pasó de 1.4 a 0.86 por ciento entre el primero y el segundo trimestres del año. La actividad más afectada fue la minería, que registró una tasa negativa de 2.09 por ciento en el segundo trimestre.

Pero no todo fueron malas noticias en la región Norte. Sectores como la construcción y el turismo registraron tasas positivas, la primera de 6.24 por ciento y la actividad turística se incrementó en 5.51 puntos porcentuales en el periodo señalado.

La región más dinámica del país durante el segundo trimestre fue la Centro Norte, que incluye Aguascalientes, Baja California Sur, Colima, Durango, Jalisco, Michoacán, Nayarit, San Luis Potosí, Sinaloa y Zacatecas.

Esta región registró un crecimiento de 1.24 por ciento en el periodo, destacando el turismo, con una tasa de 6.27 por ciento, y la industria manufacturera, con un crecimiento de 1.47 puntos porcentuales.

La región Centro registró un crecimiento moderado en el segundo trimestre, con una tasa de 0.65 por ciento, mientras que la región Sur registró una tasa negativa de 1.05 por ciento en el lapso en cuestión.

El Centro lo integran la Ciudad de México, Estado de México, Guanajuato, Hidalgo, Morelos, Puebla, Querétaro y Tlaxcala, mientras que la región Sur está formada por Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán.

El reporte incluye opiniones de empresarios de las distintas regiones sobre los principales riesgos al alza y a la baja para el crecimiento económico regional. Entre los principales riesgos, los directivos empresariales destacaron, en primer lugar, la posibilidad de que se presente un deterioro en la seguridad pública. Un segundo riesgo contemplado es que la incertidumbre asociada al próximo proceso electoral de 2018 incida adversamente sobre el gasto privado, especialmente en inversión.

Finalmente, otro riesgo dentro de los escenarios posibles es que la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) resulte desfavorable para México.

El reporte incluye también la posibilidad de que se presenten factores favorables, entre lo que se encuentran que el flujo de inversión, tanto nacional como extranjera, sea mayor al esperado, otros factores que incidirían favorablemente es que la renegociación del TLCAN resulte favorable para México, y que el nivel de actividad en el sector energético sea superior al previsto.

Azota la naturaleza
En semanas recientes el país ha sido afectado por diversos fenómenos naturales: los sismos que sacudieron a la Ciudad de México y estados del Sur del país, y las tormentas y ciclones que han afectado estados y localidades costeras.

Estos fenómenos han traído consigo costos considerables. Además de las irreparables pérdidas de vidas humanas, así como las lesiones físicas y psicológicas, también han traído importantes pérdidas materiales, como la afectación y destrucción de edificios, viviendas, escuelas, puentes, y obras de infraestructura.

Los daños ocasionados por estos fenómenos van a tener efectos y costos para la economía. En el corto plazo uno de los sectores más afectados será el turismo, tanto el turismo de placer en las playas y sitios tradicionales del país, como el turismo de negocios en la Ciudad de México y otras afectadas, por la suspensión o posposición de congresos, convenciones o reuniones de trabajo.

Sin embargo, en el mediano plazo puede tener efectos positivos en ciertos sectores, como la construcción, por los trabajos destinados a reconstruir edificios, instalaciones y obras de infraestructura dañadas por los sismos y tormentas.

Otro sector que puede ser estimulado es el comercio, por las compras destinadas a apoyar a los damnificados, realizadas por particulares, las diversas dependencias públicas y organizaciones no gubernamentales.

Los efectos netos de estos desastres en la actividad económica será posible estimarlos con mayor precisión a medida que tengamos mayor información.

El autor es economista dela UANL, con Doctorado en la Escuelade Graduados de Administración y Dirección de Empresas (EGADE) del ITESM. Es profesor de la Facultad de Economía de la UANL y miembro del SNI-Conacyt.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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