Monterrey

México: un país perpetuamente pobre

OPINIÓN. Es triste observar que hoy en día la mayor parte del gasto público sigue destinándose hacia actividades no productivas. Por ejemplo, la Secretaría que tiene el mayor presupuesto nacional es la Secretaría de Desarrollo Social.

Recientemente se anunció un recorte al gasto al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), derivado de los ajustes al gasto público que se han observado desde la caída en los precios del crudo desde finales del 2014. Estas son muy malas noticias.

En la teoría económica sabemos que el crecimiento potencial se deriva de la inversión en capital, trabajo y tecnología. Hace aproximadamente 35 años, Corea del Sur tenía niveles similares de desarrollo económico que México. Hoy en día el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de Corea se acerca a los 33 mil dólares por persona y en México es de solamente nueve mil dólares por persona. ¿Por qué ha sucedido esto?

Corea del Sur ha invertido una gran cantidad de recursos en inversión productiva, es decir, educación superior, capital físico (infraestructura) y en investigación (tecnología). En México, es triste observar que hoy en día la mayor parte del gasto público sigue destinándose hacia actividades no productivas. Por ejemplo, la Secretaría que tiene el mayor presupuesto nacional es la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL).

Dicha Secretaría creada aproximadamente hace 25 años tenía el propósito de reducir los índices de pobreza en el país. Si vemos las estadísticas, en ese periodo de tiempo la pobreza se ha reducido de aproximadamente 50 por ciento a 46 por ciento según estadísticas del CONEVAL. Un costo burocrático muy alto para los pocos beneficios sociales.

Hoy en día, el gasto público programable destina un 64 por ciento del total en gasto social, el cual incluye protección social, salud y educación.

Dentro de estos rubros, el más relevante es el primero (33 por ciento del total), destacando los programas sociales asistencialistas como PROSPERA, que están dirigidos a erradicar la pobreza. Como las estadísticas no mienten, esta inversión no es redituable. No sólo eso, sino que dichos programas son usualmente utilizados con fines electorales.

Este año hemos observado que la gran parte del ajuste al gasto público se refleja en infraestructura (casi el 20 por ciento de total). En contraste, el gasto público hacia el asistencialismo se ha incrementado, particularmente en el Estado de México ¿será por las recientes elecciones estatales?

La OECD, el Banco Mundial y el FMI, argumentan que es necesario invertir por lo menos 2 por ciento del PIB en ciencia y tecnología. Hoy en día, México invierte solamente 0.5 por ciento del PIB en CONACYT. Con estos incentivos es difícil pensar que la economía mexicana propicie mejores niveles de bienestar a su población.

Sin un cambio de rumbo económico, México está destinado a ser un país donde su valor agregado seguirá siendo una mano de obra barata. Es decir, un país perpetuamente pobre.

El autor es el director general y fundador de GF GAMMA y catedrático en el ITESM campus Monterrey. Cuenta con un doctorado en Finanzas y maestría en Economía Financiera por la Universidad de Essex en el Reino Unido, y una Licenciatura en Economía por el ITESM (campus Monterrey).

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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