Monterrey

La visita papal: señor presidente; son sus palabras, no mías

OPINIÓN. Creo que usted es el canal idóneo para que la voz de México sea escuchada y los hispanos, auto-desterrados por procesos de migración económica y de falta de seguridad salieron.

Ante la abrumadora personalidad del Papa Francisco, desfilaron, hoy uno a uno, decenas de políticos mexicanos, muchos de ellos con sus familias; lo mismo que del partido oficial que del defraudado por Maciel o de aquellos partidos "rudos", porque claro que si el Papa arriba, sincera o no, habrá que hacer una excepción ¿Por qué desairarle o cometer grosería? No prejuzgo, yo hubiera hecho lo propio.

Señor Presidente Enrique Peña Nieto, si como un hecho aislado tomo el texto –y contexto- de la bienvenida otorgada al máximo jerarca de la Iglesia Católica; le felicito. Y yo, sin poner a uno delante de otro, podría comparar en diversos aspectos el suyo, con uno de los mejores discursos del Presidente Obama, otorgado con motivo de su último informe presidencial; una pieza de oratoria que conmina, principalmente, al poder Legislativo de esa Nación a trabajar en beneficio de la patria que no de los partidos; sus palabras señor Presidente fueron también asertivas, una denuncia aguda y penetrante.

Transcribo textualmente: "Su pontificado ha llegado en un momento importante y complejo para el mundo. Es un tiempo de grandes retos.

La humanidad experimenta múltiples y acelerados cambios; cambios que abren oportunidades, pero también cambios que provocan dudas e incertidumbres. "Estamos en una era en que se podría alimentar a toda la población mundial. Y, sin embargo, millones de personas aún padecen y mueren de hambre. Los avances en la ciencia y la medicina, hoy nos permiten curar más enfermedades y vivir más tiempo. Pero los adelantos científicos también son utilizados para hacer la guerra y causar daño. Nunca se había producido tanta riqueza como ahora, y a pesar de ello, se sigue concentrando en muy pocas manos.

"Las nuevas tecnologías multiplican la generación y difusión del conocimiento, pero quienes no tienen acceso a ellas, ahora enfrentan nuevas formas de exclusión….La globalización ha promovido una intensa movilidad de bienes y de capitales, pero se siguen levantando barreras y obstáculos a la migración de personas que buscan una vida mejor".

Sr. Presidente, se expresó usted con asertividad; y si bien usted acepta y señala que los cambios del nuevo mundo acarrean "dudas e incertidumbres" podrán en México, en buena medida convertirse en certeza si se inicia una carrera real contra la corrupción y la impunidad; ¡El mismísimo Vaticano lo está haciendo!

Sería muy cándido de mi parte, el pensar que usted y su gabinete pudieran terminar con el tema de la pobreza, la exigua educación académica, la falta de oportunidades de trabajo para la juventud, y otros temas, que usted como Presidente reconoce existen y debe de enfrentarse; pero, también creo que usted es el canal idóneo para que la voz de México sea escuchada y los hispanos, auto-desterrados por procesos de migración económica y de falta de seguridad salieron; 11 millones de ellos estamos pendientes de sus aciertos -o desaciertos- porque estará usted de acuerdo conmigo que es una vergüenza que sean las "remesas" las que substituyan al petróleo y que México pierda sus hijos por falta de oportunidades.

La sociedad en América,- aludiendo al final del texto en comento-, implícitamente le apoya y reconoce que se enfrenta hoy uno de los principales problemas sociales que serán tópico clave en el mundo este Siglo XXI; desde Irán hasta Guatemala, México, Cuba, África, y más; eso no depende de la voluntad del país donde redacto, de Estados Unidos, muchos pararán acá pero la afectación ya no tendrá fronteras, será como el daño ecológico: ¡Global! La migración, en el caso de México, de personas y capitales las más son de clase pobre y media por falta de seguridad y oportunidades, es decir: Migración económica forzada.

Como columnista, y detrás de la pluma no simplemente nos parapetamos a lanzar piedras o brindar elogios, estamos aquí para cumplir una función social informativa, analítica y de opinión; en este caso de esperanza. Sus palabras equilibradas en el momento preciso nos hacen renovar la confianza depositada en Usted y el fervor por México, y creo que hablo por muchos de mis lectores, ¿Y Usted estimado lector, se une al mensaje?

* El autor es analista político en Texas, y experto en temas de la frontera México-EstadosUnidos

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

También lee: