Monterrey

La pobreza en el discurso

OPINIÓN. La dureza de las estadísticas oficiales tanto de CONEVAL como de CONAPO e INEGI, nos revelan que la pobreza en México ha aumentado y que las personas que salen de la pobreza extrema, continúan estando dentro de la parte de la población en pobreza.

Hace algunas semanas en Guadalajara, un expositor bastante mediático hablaba de que en el mundo y en México, la pobreza extrema estaba disminuyendo y que la economía neoliberal había sido la responsable de este fenómeno. Si no leemos algo sobre este tema, es posible que nos vayamos con esa idea y la repitamos de forma irresponsable, al menos en el caso de nuestro país.

"Una persona se encuentra en situación de pobreza extrema cuando tiene tres o más carencias, de seis posibles, dentro del Índice de Privación Social y que, además, se encuentra por debajo de la línea de bienestar mínimo. Las personas en esta situación disponen de un ingreso tan bajo que, aun si lo dedicase por completo a la adquisición de alimentos, no podría adquirir los nutrientes necesarios para tener una vida sana". Esta es la definición oficial de pobreza extrema que viene publicada en la página del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).

De acuerdo con los datos de CONEVAL, la pobreza extrema en México de 2010 al 2014 (último dato oficial publicado por CONEVAL), se ha reducido en un millón 522 mil mexicanos. Este gran logro de las políticas sociales del gobierno, le daría la razón a nuestro expositor de la semana pasada, pero vale la pena revisar algunos datos más al respecto.

Durante ese mismo periodo, la población del país pasó de 117 millones 716 mil habitantes en 2010, a 124 millones 563 mil paisanos en 2014 de acuerdo con el Consejo Nacional de Población (CONAPO). Es decir, la tasa de crecimiento poblacional fue 1.4 por ciento anual. Pero aunque la pobreza extrema haya disminuido y la población total haya aumentado, en ese mismo periodo la pobreza aumentó.

De acuerdo con CONEVAL la pobreza se define así: "Una persona se encuentra en situación de pobreza cuando tiene al menos una carencia social (en los seis indicadores de rezago educativo, acceso a servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios básicos en la vivienda y acceso a la alimentación) y su ingreso es insuficiente para adquirir los bienes y servicios que requiere para satisfacer sus necesidades alimentarias y no alimentarias".

La pobreza en México, de nuevo con datos oficiales de CONEVAL, de 2010 a 2014 aumentó de 52 millones 813 mil personas a 55 millones 347 mil. La tasa de crecimiento de la pobreza en México fue de uno por ciento anual, lo que significa que mientras 6 millones de mexicanos nacían en ese periodo, más de 2 millones y medio se convertían en pobres.

En ese mismo periodo, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), el costo promedio de la canasta alimentaria urbana pasó de costar 991 pesos en 2010 a mil 245 pesos en 2014, lo que representa un aumento del 25.63 por ciento. Lo más terrible de esto, es que en ese mismo periodo, el salario mínimo promedio en el país pasó de 55.92 pesos en 2010, a 65.53 pesos en 2014: ¡un fabuloso aumento de 9.61 pesos!

Cuando se habla de la pobreza en México, es evidente que la fuerza del discurso dependerá de quien lo haga y que es lo que realmente quiere resaltar. La dureza de las estadísticas oficiales tanto de CONEVAL como de CONAPO e INEGI, nos revelan que la pobreza en México ha aumentado y que las personas que salen de la pobreza extrema, continúan estando dentro de la parte de la población en pobreza.

También es importante decir que la brecha entre el costo de la canasta alimentaria urbana ha crecido con respecto al salario, lo que hace que cada año haya más mexicanos sin poder adquirirla.

Es nuestro deber como economistas y profesores hacer economía positiva, donde mostremos los datos de la pobreza y la pobreza extrema, aunque no sirvan para decir que nuestro país está mejorando. Aunque nos moleste la pobreza y aunque el mismo CONEVAL diga que con 95 pesos al día los mexicanos podrían vivir dignamente, es nuestro deber ético decir la verdad, aunque esto no sirva en términos políticos o electorales.

El autor es economista y profesor de Finanzas y Economía de la Escuela de Negocios del Campus Monterrey. Su correo electrónico es: edcarbaj@itesm.mx

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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