Monterrey

La percepción del riesgo país en México

OPINIÓN. Dentro de la dinámica propia de Latinoamérica, México en términos absolutos ha mejorado. Con tropiezos, pero con mejoras al final.

Las últimas dos semanas he estado visitando Monterrey y percibo un entorno de negocios bastante dinámico y creo que el riesgo país de México, entendido como riesgo de invertir en el país, ha mejorado últimamente.

Antes de mencionarles las razones sobre las cuales fundamento mi percepción, debo advertir al lector de un potencial sesgo en mi evaluación: Soy venezolano. Cualquier entorno de negocio comparado con mi Venezuela querida actualmente es una maravilla. Por ejemplo, según el último (2016) ranking de Libertad Económica que publica el WSJ junto con el Heritage Foundation, Venezuela aparece en la categoría de "País bajo represión" en el puesto 176 de 178 países.
Peor que Venezuela se encuentra Cuba y Corea del Norte. México aparece clasificado en la categoría de "País moderadamente libre" en el puesto 62. En el ranking de Facilidad de Hacer Negocios que publica el Banco Mundial, Venezuela aparece en el puesto 186 de 189 países evaluados. México aparece en el puesto 38. En consecuencia, cuando vengo a México o cualquier otro país, percibo que el entorno de inversión y negocios es muy bueno.

Reconociendo mi sesgo y tratando de ser objetivo, a continuación, les presento mi análisis del por qué yo creo que, dentro de Latinoamérica, México mejora ante los ojos de empresas multinacionales. La primera razón por la cual México ha mejorado ante los ojos de los inversionistas es porque la percepción de riesgo sobre el resto de los países latinoamericanos, en agregado, ha empeorado. En otras palabras, yo creo que México se percibe como más atractivo para atraer capitales porque las empresas globales encuentran menos lugares distintos a México donde invertir en Latinoamérica. Algunos ejemplos son los siguientes: El entorno económico y político de Brasil será muy incierto hasta por lo menos el año que viene. La percepción de riesgo político en Colombia ha aumentado en la última fase de negociación con la guerrilla para lograr la pacificación. Ecuador con menos ingresos producto de la caída del precio del petróleo y sin la posibilidad que tuvo Colombia de una moneda para abaratar costos de operar en el país.
Mejor no hablemos de Venezuela para no deprimirme. Bueno, hablemos un poquito: Inflación esperada de 700 por ciento este año según el Fondo Monetario Internacional, probable incumplimiento de contratos de deuda soberana, referéndum revocatorio que por Ley hay que hacer pero que gobierno y el organismo electoral no quieren organizar, ¿Se convocará la carta democrática de la OEA para presionar a Venezuela? Compitiendo por inversión extranjera directa con México quedan, a mi juicio, Perú y Chile. Colombia también, aunque ha habido un aumento del riesgo de inversión. En conclusión, México ha mejorado y mantendrá su posicionamiento relativo como punto de inversión en Latinoamérica.

No quiero que al lector le quede un sabor amargo al pensar que ustedes se perciben mejor porque los otros países han cometido errores y han caído en desgracia. También pienso que, dentro de la dinámica propia de Latinoamérica, México en términos absolutos ha mejorado. Con tropiezos, pero con mejoras al final. Les tengo que dar el crédito. Yo viví en Monterrey del 2003 al 2005 y nadie pensaba en ese entonces que iba a existir apertura del sector petrolero. El costo de operar en México y su cercanía a Estados Unidos sigue siendo una ventaja competitiva. ¡Ahora sí es bueno estar correlacionado con Estados Unidos! En acuerdos regionales, México se anotó al equipo ganador: Team (acuerdo del) Pacífico en vez de Team Mercosur. Estos son algunos ejemplos.

Hacia futuro, hay nubarrones. El aumento del proteccionismo en Estados Unidos y la potencial salida de Gran Bretaña de la Unión Europea son ejemplos. Aún con estos nubarrones, sobre todo el de noviembre de este año en Estados Unidos, no veo a México mal posicionado en el largo plazo. Mi recomendación para seguir mejorando ante los ojos de los inversionistas es disminuir la inseguridad y atacar la corrupción. Eso sí, si lo logran, exporten su fórmula al resto de Latinoamérica.

* El autor es Ingeniero Industrial, posee un MBA del IESA en Venezuela, maestría en economía y doctorado en Finanzas de la Universidad de Tulane. Es profesor de Minnesota State University Moorhead y profesor invitado del Tecnológico de Monterrey.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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