Monterrey

La necesaria planeación financiera del presupuesto público

OPINION. Gran parte de los problemas del presupuesto federal se derivan de las obligaciones contraídas en el gasto público, particularmente en gasto corriente, así como de la incapacidad de capturar recursos del sector informal de la economía.

Continúa este inicio de año con noticias adversas en materia económica y financiera. La reciente caída observada en los precios del petróleo a un nuevo nivel mínimo histórico, la depreciación del peso y la volatilidad del dólar que continúa su escalada a máximos históricos, en combinación con las ajustadas expectativas negativas sobre el desempeño en la economía internacional por parte del Fondo Monetario Internacional durante la semana pasada, son motivo de preocupación no solo para los inversionistas sino también para nuestras autoridades gubernamentales.

Es en este ambiente hostil cuando la planeación financiera del presupuesto público en sus distintos ámbitos, requiere de herramientas que permitan enfrentar la incertidumbre en los ingresos y obligaciones del gobierno, particularmente a nivel federal. Esta planeación debe enfocarse en dos objetivos complementarios fundamentales: sanear el déficit fiscal observado balanceando sus fuentes de ingreso y gasto, y reducir la volatilidad de ingresos y obligaciones contraídas del sector público a nivel nacional e internacional.

Gran parte de los problemas del presupuesto federal se derivan de las obligaciones contraídas en el gasto público, particularmente en gasto corriente, así como de la incapacidad de capturar recursos del sector informal de la economía, el cual sigue representando alrededor del 50 por ciento del mercado laboral nacional. Estos dos grandes problemas requieren de soluciones de largo plazo y de una reestructuración en las prioridades de gasto público, particularmente reducir los rubros administrativos y burocráticos, ampliar la base fiscal con una simplificación en el pago de impuestos, así como incrementar los rubros que promuevan crecimiento en el largo plazo particularmente en la inversión en capital humano (educación y salud), así como infraestructura pública que incremente la productividad privada.

Por otra parte, durante décadas el debate sobre la alta dependencia de la economía mexicana a los ingresos de derivados de las actividades petroleras ha sido tema de discusión y preocupación entre analistas y especialistas financieros. Si bien, en años recientes otras actividades productivas como las manufacturas y el turismo han incrementado su importancia en su participación productiva, el tamaño relativo del sector petrolero y su importancia en los ingresos públicos es aún evidente.

Además de lo anterior, la reducción en la actividad económica internacional también agrava la reducción del flujo de divisas, particularmente en dólares, debido a la contracción en las exportaciones del país, así como en la disminución de las remesas emitidas a México por parte de los hogares migrantes en Estados Unidos.

Si bien Banco de México ha hecho uso de las reservas internacionales del país para enfrentar la coyuntura actual en la volatilidad del tipo de cambio a través de la subasta de dólares en el mercado, este mecanismo de ajuste resulta insuficiente en el largo plazo y se requieren de mayores esfuerzos para enfrentar la creciente inestabilidad del entorno internacional.

Ante esta situación, se requiere un replanteamiento integral de la planeación del presupuesto público, favoreciendo una visión de planeación en el gasto de largo plazo y libre de los denominados "ciclos políticos", así como el uso de nuevos instrumentos financieros con una visión más allá de las soluciones convencionales macroeconómicas enfocadas en las fuentes de ingreso y gasto.

Hace unos meses, el gobierno emitió deuda en bonos denominados en monedas distintas al dólar, particularmente en términos de yenes japoneses y libras esterlinas. Estos bonos juegan un papel importante en la búsqueda por incrementar los flujos de recursos para financiamiento, y al mismo tiempo diversificar las fuentes de volatilidad de las obligaciones federales al dosificar esta volatilidad entre distintas fuentes de riesgo asociadas a monedas distintas al dólar.

De la misma forma, la emisión de contratos de futuros y la compra de opciones sobre el dólar en el mercado cambiario y en el mercado de petróleo, ayudan a reducir la incertidumbre de los ingresos gubernamentales en el corto plazo, y favorecen la protección de las reservas internacionales.

Esta visión de construir un portafolio de instrumentos financieros en el sector público constituye una nueva visión del presupuesto gubernamental requerida para garantizar las coberturas necesarias, y así reducir parcialmente la incertidumbre en el presupuesto federal, sin sacrificar los gastos públicos prioritarios en desarrollo social e infraestructura.

* Doctorado en Economía en la Universidad de Chicago. Es Profesor Investigador de la Facultad de Economía de la UANL y miembro del SNI-CONACYT Nivel 1.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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