Monterrey

Impuestos de hispanos, inversionistas en Texas y el derecho internacional ante cambios al NAFTA

OPINIÓN. Según el Instituto de Tributación y Política Económica, los inmigrantes indocumentados pagan aproximadamente 11 mil 700 millones de dólares anualmente en impuestos estatales y locales.

Cada año, en Estados Unidos (EU), los inmigrantes indocumentados presentan sus declaraciones de impuestos, al igual que los estadounidenses. Ellos pagan impuestos federales, estatales y locales además de impuestos sobre ingresos, propiedades y ventas; ellos saben que no pagar impuestos podría algún día prevenirles de ser residentes legales; sin embargo, este año ha sido diferente. Muchos indocumentados por el temor de proporcionar información que pudiera ser utilizada en su contra, debido a las nuevas políticas inmigrantes no han cubierto aún esta obligación.

En Texas al menos el 21 por ciento de las empresas son de hispanos, en Laredo el número de mexicanos propietarios de empresas podría sobrepasar el 60 por ciento y los impuestos sobre las ventas que se recaudan sobrepasan el 75 por ciento, según convienen banqueros y la propia Reserva Federal (FED).

Sin importar los números anteriores, algunos preparadores de impuestos han reportado una disminución en el número de inmigrantes que presentan sus declaraciones impositivas debido al temor a la deportación y a las esperanzas de legalización. En un momento en que la administración propone gastar miles de millones de dólares en la aplicación adicional de la ley de inmigración, pueden estar cortando una importante fuente de ingresos: los impuestos de los inmigrantes o empresas que estos cerrarán.

Según el Instituto de Tributación y Política Económica (ITEP), los inmigrantes indocumentados pagan aproximadamente 11 mil 700 millones de dólares anualmente en impuestos estatales y locales. La cantidad varía según el estado: en California, los inmigrantes indocumentados pagan tres mil 200 millones de dólares al año; en Nueva York un mil 100 millones de dólares, y en Texas un mil 500 millones de dólares cada año.

A nivel nacional, los inmigrantes indocumentados pagan un promedio de ocho por ciento de sus ingresos en impuestos estatales y locales, que es más alto que el un por ciento de los contribuyentes locales que pagan 5.4 por ciento y por supuesto mucho más que el actual presidente que declaró en su campaña que se había acogido a recodos de la Ley y que no pagaba impuestos "Soy muy listo" se autocalificó entonces.

Sin embargo, la administración Trump promueve deportaciones y por ello existe la preocupación de que la declaración de impuestos pudiere traer consecuencias no deseadas. Al igual que un menor número de inmigrantes tienen acceso a beneficios públicos para los que son elegibles, menos están cómodos compartiendo información personal -como su nombre y dirección- con el gobierno en un formulario de impuestos en el que nunca reciben reembolsos porque eso sí ¡a eso no tienen derecho!

Por otro lado, la semana pasada inició el conteo legal para poder renegociar el NAFTA, de acuerdo a las leyes en Norteamérica, y todo indica que con la salida de EU del NAFTA las empresas estadounidenses podrían estar pagando el doble que las empresas mexicanas para exportar a través de la frontera. Esto es un recordatorio de lo que pasaba antes del 94 y del TLC o NAFTA. La Organización Mundial del Comercio, tiene normas diferentes para países avanzados como EU y países en desarrollo como México; y abundando, según el derecho internacional, México podría imponer aranceles hasta en un 35 por ciento a la gran mayoría de las importaciones provenientes de EU, si así lo desease, y sin un acuerdo del TLCAN. Mientras que EU sólo podría elevar los aranceles a las importaciones mexicanas en alrededor del cuatro por ciento.

Ciudades como Laredo, están haciendo todo lo posible por ofrecer a los inversionistas las mejores opciones de infraestructura y servicios turísticos y comerciales; no importa la rabia que el gobernador de Texas, Greg Abbott, destile, el comercio mundial parece ser que será la mejor respuesta para acabar con leyes desproporcionadas como la SB4; en Laredo se luchará por ello. De eso no hay duda estimado lector.

El autor es analista político en Texas, y experto en temas de la frontera México-Estados Unidos.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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