Monterrey

Impacta a finanzas estatales migración de Pemex de asignaciones a contratos

OPINIÓN. La figura de las ASIGNACIONES fue exclusiva para PEMEX, y tuvo como objetivo salvaguardar a esta ineficiente empresa de la competencia, y mediante la denominada ronda Cero, se le asignaron por “dedazo” las mejores y las más promisorias áreas.

Un tema que poco o nada se ha ventilado en los medios, es el referente al impacto de la Reforma Energética en el Federalismo Fiscal, y vaya que sí hay mucho que comentar a este respecto.

Para empezar, junto con la reforma constitucional, se promulgó una nueva Ley de Ingresos de Hidrocarburos y se reformaron la Ley Federal de Derechos, la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, así como la propia Ley de Coordinación Fiscal, para establecer nuevas reglas en materia de la determinación de la Recaudación Federal Participable, lo cual modificó conceptos y montos de los recursos que se participan a los Estados.

La historia es que la Reforma energética contempló otorgarle a PEMEX, mediante la figura de las ASIGNACIONES, cerca del 85 por ciento de las zonas con los mejores prospectos petroleros, dejando para concursar sólo las zonas menos promisorias, bajo la figura de los CONTRATOS, que son las que se abrieron a las licitaciones.

La figura de las ASIGNACIONES fue exclusiva para PEMEX, y tuvo como objetivo salvaguardar a esta ineficiente empresa de la competencia, y mediante la denominada ronda Cero, se le asignaron por "dedazo" las mejores y las más promisorias áreas.

Sin embargo, esta astuta medida tuvo un doble propósito, ya que estas Asignaciones mantuvieron el régimen fiscal de pago de DERECHOS, instrumento a través del cual la SHCP le ha quitado a Pemex dos terceras partes de sus ingresos totales, y era menester evitar que esta situación se violentara con la "apertura" y pusiera en riesgo los ingresos petroleros del gobierno federal.

Por otro lado, los "Contratos" que se asignan a partir de la Ronda Uno, NO están sujetos al pago de Derechos, pues sólo pagan el ISR del 30 por ciento sobre la Utilidad Fiscal, (como cualquier otra actividad empresarial) y esto hace una diferencia ABISMAL en materia de rendimiento neto para los accionistas.

Bueno, las cosa es que la reforma contempló que PEMEX podría MIGRAR Asignaciones a Contratos, previa autorización del Gobierno Federal a través de sus Órganos reguladores, situación que YA acaba de ocurrir, pues se le autorizó a Pemex migrar dos Asignaciones a Contratos, donde compartirá la utilidad con el Gobierno Federal.

Lo que esto implica, fiscalmente, es que los proyectos o negocios migrados a Contratos, YA NO PAGARÁN DERECHOS, y el régimen fiscal aplicable será el de pago del ISR del 30 por ciento de la utilidad fiscal.

Como ya se señaló, el régimen fiscal de pago de DERECHOS, representa una carga fiscal a Pemex equivalente a dos terceras partes de sus ingresos brutos, de los cuales el 80.29 por ciento es participable a los Estados, mientras que el pago de ISR de 30 por ciento de la utilidad, aún y que es participable a los Estados por disposición de la fracción XXX bis del artículo 2 de la Ley Federal de Presupuesto, su cuantía es muy inferior comparado con el pago de Derechos, por lo que esta "migración" reducirá de manera importante la Recaudación Federal Participable, en perjuicio de los Estados.

Es urgente e importante que nuestros legisladores federales tomen cabal conciencia de lo que aprobaron y de las consecuencias que implican estas opciones o facultades que se le otorgaron a Pemex para cambiar su régimen fiscal, sin la autorización de todos los implicados, en este caso, los Estados.

Esta es una más de las razones que me hacen aseverar que se debe legislar de manera urgente para revertir mucho de lo que incluyó la famosa Reforma Energética, la cual creó verdaderos "Frankesteins" que ya empiezan a caminar y a hacer estropicios económicos y de finanzas públicas.

El autor es especialista en estudios económicos y de finanzaspúblicas. Actualmente ocupa el cargo de Socio de Economía en Pérez Góngora y Asociados.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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