Monterrey

¿Hacia dónde va el precio del petróleo?

Como cualquier otro activo en la economía, la cotización del petróleo fluctúa basándose en sus fundamentales de oferta y demanda, entre los cuales se encuentran las expectativas.

En el 2018 el precio del petróleo, poniendo como referencia el WTI, ha alcanzado un máximo de 68.85 dólares por barril (dpb) y se estima que en el segundo semestre podría llegar a tocar el nivel de 70 dpb. Como cualquier otro activo en la economía, la cotización del petróleo fluctúa basándose en sus fundamentales de oferta y demanda, entre los cuales se encuentran las expectativas. Si se genera la idea de que habrá más petróleo en el mundo, el precio cae desde hoy. De la misma manera, si se espera que se demande más petróleo en el futuro el precio se incrementa hoy.

Venezuela es el país con las mayores reservas probadas (se conocen y pueden ser explotadas) de petróleo en el mundo, seguido de Arabia Saudita, los cuales pertenecen a la OPEP, que en conjunto cuenta con el 81 por ciento de las reservas mundiales. Fuera de la OPEP se encuentran como principales productores Estados Unidos (EU) y Rusia y se calcula que EU actualmente produce más petróleo que Arabia Saudita, a pesar de que este último tiene mayores reservas. Estados Unidos también es el principal consumidor de hidrocarburos, seguido de Europa y de China. Por área geográfica el Medio Oriente es donde se ubican los principales productores de la OPEP y desde la creación de este cartel en 1960 y hasta inicios del siglo XXI, los conflictos geopolíticos en esta zona fueron la fuente de los mayores movimientos en el precio del petróleo (guerra de Yom Kipur en 1973, a finales de los 70s y principios de los 80s la revolución iraní y la guerra entre Irán e Iraq, así como a inicio de los 90s la guerra del Golfo).

Sin embargo, en los últimos años las noticias relacionadas con la economía estadounidense han tomado mayor relevancia. Particularmente desde el 2014 el mercado ha centrado su atención en la publicación de los inventarios y producción estadounidense, reaccionando a la idea de que mayores inventarios implican una mayor oferta y por lo tanto un menor precio. Estados Unidos tiene sólo dos por ciento de las reservas mundiales, pero su rápido incremento en la producción y la idea de que sea autosuficiente respecto al petróleo es lo que hace que sea tan relevante. De hecho, hay otros países que tienen mayores reservas que Estados Unidos, como Canadá, pero al no ser los mayores consumidores, ni tener un rápido crecimiento en la producción, ni generar polémica respecto a su política económica o relación con el exterior, no son fuente de incertidumbre para el mercado.

Cabe mencionar que el rápido crecimiento en la oferta de petróleo estadounidense, sumado al incremento en la producción de la OPE, llevó al precio del petróleo en el 2016 a un mínimo de 26 dpb. El incremento en la producción por parte de la OPEP no logró el objetivo de quitar mercado a Estados Unidos y sólo terminó por afectar severamente las finanzas públicas de los países del cartel, en particular de Arabia Saudita en donde los ingresos del gobierno llegaron a depender al 92 por ciento del petróleo (en el 2012). Por lo anterior, la OPEP decidió junto con otros países como Rusia, recortar la producción. Con esto, la expectativa de sobre oferta de petróleo disminuyó y el precio aumentó, pero aún se está lejos de volver a alcanzar un equilibrio cercano a los 100 dpb.

Vale la pena agregar que el precio del petróleo cotiza en dólares en el mercado internacional, por lo que un debilitamiento del dólar aumenta la demanda del petróleo, ya que lo hace más accesible para inversionistas que tienen otras divisas. Por lo anterior a finales de enero, el precio del WTI alcanzó su primer máximo anual de 66.66 dpb.

Otro determinante importante es el crecimiento global, por lo cual eventos relevantes en China podrían mover el precio del petróleo. Actualmente, se estima que en el 2019 el precio del petróleo pueda seguir subiendo hasta alcanzar 80 dpb. Por supuesto, asumiendo que el mundo sigue en paz.

La autora es economista en Jefe de Grupo Financiero BASE y profesora de economía en el Tec de Monterrey.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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