Monterrey

Grandes retos para Pemex

OPINIÓN. Para competir, necesita modernizar sus sistemas para ser más eficiente en su operación y enfocarse en el mercado de producción de derivados que es donde se encuentra el mayor valor agregado.

La trayectoria descendente del precio del petróleo ha impactado las finanzas de Pemex y, aunado a la reforma energética, la empresa ha tenido que replantear su estructura de costos y operación. Actualmente, el precio de la mezcla mexicana se encuentra por debajo de los 30 dólares por barril, cifra muy inferior al promedio anual de 86 dólares en 2014. Esta disminución en el precio del crudo ha ocasionado que los ingresos de Pemex bajen a tal grado que es esencial una reingeniería de procesos al interior de la empresa, a través de la cual se disminuyan los costos y se pueda mantener un margen de ingresos.

Por muchos años, Pemex ha sido considerada como una de las compañías más fuertes e importantes en nuestro país. Gran parte de los ingresos que obtenía la empresa se transfería a los Estados y Municipios a través de las Participaciones Federales. La dependencia de éstos sobre los recursos gubernamentales es tan fuerte que uno de los datos más importantes para la conformación del presupuesto de ingresos de la Federación es la expectativa del precio del petróleo y las coberturas que se hayan adquirido. Ante esta situación, no es de extrañar que la caída de los últimos meses en el precio del petróleo presione a las finanzas públicas de todos los niveles de gobierno.

Una de las mayores críticas hacia la regulación que existía en torno a la explotación y comercialización de nuestro petróleo era que Pemex no contaba con la inversión necesaria para operar de forma eficiente, gran parte de los recursos que ingresaban a la empresa no se utilizaban para su modernización, sino que eran transferidos para el gasto de gobierno. Como consecuencia de la reforma energética, Pemex ahora tendrá mayores incentivos para ser más eficiente, ya que ahora deberá de competir con otras empresas en el mercado energético de nuestro país. Si bien Pemex seguirá diferenciándose del resto de las compañías petroleras, la reforma energética es un gran paso para incentivar el desarrollo del sector.

Ante el escenario actual, la caída en el precio del petróleo no solo representa un reto para la operación de Pemex, también es una señal de advertencia de que los gobiernos no pueden seguir dependiendo tan fuertemente de los ingresos derivados del sector petrolero. Para competir, Pemex necesita modernizar sus sistemas para ser más eficiente en su operación y enfocarse en el mercado de producción de derivados que es donde se encuentra el mayor valor agregado.

Paulatinamente, el gobierno mexicano debe dejar de depender tanto de los ingresos de Pemex, y así permitir que la empresa puede reinvertir sus ingresos.

* El autor es abogado por la Facultad Libre de Derecho de Monterrey y Maestro en Derecho Financiero Internacional por Boston University. Su carrera profesional se ha enfocado al ámbito financiero y legal, ocupando puestos en diferentes entidades públicas.


Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

También lee: