Monterrey

Fin de semana en Parras

Parras, es una joya de pueblo, con su gente, sus viñedos y sus vinos. Es increíble pensar en la cercanía que tiene con varias ciudades del norte del país y lo poco aprovechado que es.

Tome el carro y con un grupo de amigos nos fuimos hacia la carretera de Saltillo.
Después de 2 horas de camino desde Monterrey llegamos al pueblo mágico de Parras. Muy emocionados y con hambre nos recibió Max Pleitel en la hacienda de Casa Madero, primera vinícola de América y la numero 6 del mundo en comenzar a hacer vino; y con la mesa bien puesta, desayunando unos huevos rancheros con chorizo norteño y tortillas de harina recién salidas del comal, empezamos nuestro recorrido.

Parras es una joya de pueblo, con su gente, sus viñedos y sus vinos. Es increíble pensar en la cercanía que tiene con varias ciudades del norte y lo poco aprovechado que es. La recomendación es hacer una visita obligada por lo menos una vez al año para las fiestas de la vendimia.

El termómetro marcaba 38 grados cuando empezamos el recorrido por el Museo del Vino que estuvo a cargo de Lalo, un simpático personaje que nos explicó la historia de la bodega, fundada en el siglo 16, el proceso de vinificación y destilación para los vinos y aguardientes que tienen. Después de algunas vueltas, pudimos entrar a la cava donde están las barricas francesas y americanas llenas de vino con varios años en reposo, estas nos inundaron la nariz de aromas clásicos de la guarda que son el roble tostado, la vainilla y el café.

Continuamos debajo de un techo de parras silvestres, entre viñedos de Cabernet Sauvignon, donde Vianey, la sommelier, nos dio a probar un Chenin Blanc , que va bien con un queso fresco asado a la parrilla , un rosado hecho con Cabernet Sauvignon, increíble con chuletas de cerdo, un aromático blend de Syrah con Cabernet, el cual se sentía como mantequilla en el paladar y va muy bien con un chicharrón de rib eye.

Las ideas para acompañar los vinos nunca fueron suficientes.
Nuestra siguiente parada en Parras fue la bodega Rivero González, donde Miguel Echavarria y el winemaker José Sánchez Gavito - un verdadero genio del vino- quien entusiasmado nos platicaba la historia y los proyectos que tiene dentro de ella.

-"¿Qué vino les daré?" nos pregunta José, mientras entraba a la sala de barricas y sacaba una botella de blanco que vinifica como vino tinto –deja las pieles en contacto con el mosto- y nos dice "éste es un vino como se lo tomaban los romanos" Fue una verdadera sorpresa encontrarnos con algo tan aromático y original. Habíamos llegado tarde a la bodega pero valió completamente la pena conocerlo y probar sus creaciones.

De regreso a la ciudad no lo pensamos dos veces y llegamos a Saltillo para comprar pan de pulque Mena para después cenar en el restaurante El Montero, en el centro de la ciudad, la comida es sublime, pide el chamorro de cerdo y la ensalada de lentejas con queso asado.

En agosto empiezan la vendimia en Parras, todas las bodegas hacen fiesta con cena incluida, te dejo la información para que puedas hacer el viaje algún fin de semana del verano.

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