Monterrey

Escenarios después del 1 de julio

Más allá del discurso populista, está la realidad inercial que tiene el aparato productivo y gubernamental en nuestro país.

Ante la aparente victoria que tendrá el candidato de Morena este 1 de julio en nuestro país, creo que es necesario pensar en posibles escenarios de política económica. Más allá del discurso populista, está la realidad inercial que tiene el aparato productivo y gubernamental en nuestro país.

Alguien en una reunión preguntaba, "…bueno y en realidad ¿Qué tanto poder tendrá Andrés Manuel ahora que sea Presidente?" Creo yo que dependerá de al menos tres factores. Uno, de la composición que se tenga en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores. Hay alta probabilidad de que en ambas Cámaras, Morena llegue a tener al menos mayoría relativa, pero sería suficiente para hacer alianzas importantes que ayuden a impulsar una política fiscal expansiva que Andrés Manuel ha venido promoviendo. Dos, la inercia del aparato gubernamental es tan grande que es difícil pensar que la velocidad a la cual se implementarían las políticas populistas propuestas por este candidato, sea suficientemente rápida para crear un efecto visible, incluso en el primer año de gobierno. Tercero, la inestabilidad del sector externo que está creando Trump con sus medidas proteccionistas al comercio internacional, están ya causando un impacto importante en el mercado mundial de materias primas, particularmente en alimentos y por supuesto en el acero y aluminio.

Al parecer Trump no ha querido entender que las economías domésticas están supeditadas a la dinámica de la economía mundial. Igualmente AMLO, al parecer no lo quiere entender o al menos no parece importarle. La inestabilidad del sector externo tiene dos frentes actualmente, Trump y AMLO; al menos el sector interesado en continuar invirtiendo en México está siendo afectado por la falta de claridad en el panorama económico en México.

Las promesas de revisión y la amenaza de suspensión de contratos en el sector energético en México, están parando la inversión potencial en nuestro país. Antes del efecto AMLO, la inversión fija bruta en nuestro país había caído 1.51 por ciento en el 2017. Ya con el efecto AMLO, la inversión en maquinaria y equipo en marzo del 2018 cayó dos por ciento con respecto al mismo mes del año anterior. La inversión en construcción se cayó 5.60 por ciento en el mismo período en nuestro país. Y aún no empieza la nueva administración.

El escenario más probable que veo es que la dinámica económica continúe deteriorándose, principalmente por una gran incertidumbre sobre la capacidad de la nueva administración de honrar viejos y nuevos contratos que promuevan la inversión directa, tanto externa como doméstica en nuestro país. Esto, lamentablemente nos llevaría a una posible contracción del PIB en el 1er trimestre del 2019.

Habría dos maneras de contrarrestar una posible caída en el PIB en los primeros meses del 2019, uno, dando seguridad y claridad a los inversionistas tanto externos como internos para mantener la dinámica económica, y dos, incrementar sustancialmente el gasto público federal para contrarrestar la caída en la inversión fija bruta. Esto último es precisamente lo que ha prometido AMLO, pero de hacerlo, los beneficios serían efímeros y las consecuencias muy dañinas, pues incrementaría la presión inflacionaria – al incrementar el gasto corriente – y crearía una nueva generación de mexicanos económico-dependientes del papá gobierno. Ahora bien, ese es un escenario, pero después del triunfo de la selección mexicana sobre la selección alemana…ya creo que todo puede pasar.

El autor es Decano de la Región Norte de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno, del Tec de Monterrey.

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