Monterrey

Erigen cuatro gigantes y vienen más

OPINIÓN. Justo en estos momentos se analiza la instalación de un parque eólico en los límites de Nuevo León y Tamaulipas, y vendrán otros más, como cinco nuevos autorizados para la región de Reynosa.

Aunque México no es –todavía- una potencia en materia de energías renovables, tras la Reforma Energética está dando pasos agigantados en tan sólo casi dos años de su promulgación, sobretodo sí comparamos contra los anteriores 20 años. Hoy el país tiene 77.6 por ciento de energía producida del sector hidráulico, 11.1 por ciento proveniente de la geotermia de cuatro entidades, 10.6 por ciento en generación eólica únicamente en dos estados (Oaxaca y Tamaulipas), y 0.7 por ciento nace de la energía solar de cinco regiones estatales; si bien, ya se están incorporando otras latitudes en estos sectores, además de la generación bioenergética y oceánica, en este momento predominan los antes mencionados.

Es comprensible que los analistas nacionales e internacionales han dado por llamar a Tamaulipas como el próximo paraíso eólico de México. Su actual generación todavía no alcanza para aportar ni la mitad del 10.6 con el que participa ese sector, pero de acuerdo a los estudios de la Secretaría de Energía, para 2025 habrá alcanzado el mismo nivel de generación que tiene Oaxaca, entidad que cuenta con más de dos décadas en el negocio de los vientos, y de continuar con el paso que llevan los tamaulipecos estarán desbancando a los oaxaqueños para 2035, esto sin considerar las oportunidades mercantiles que ofrece al estar en la frontera con Estados Unidos.

Cabe mencionar que el sector eólico tiene presencia muy importante en Oaxaca y Tamaulipas, pero no son los únicos que cuentan con este tipo de desarrollos, ya iniciaron proyectos en Coahuila, Guanajuato y se proyectan la posibilidad de otras entidades, mismas que ya están en estudios.

Esta semana regresé una vez más al Parque Eólico Tres Mesas, de las casi docena de visitas que he realizado a esta magna obra, coincidiendo en esta ocasión con los directivos de las empresas que construyen esta colosal central, quienes invitaron al gobernador Egidio Torre Cantú para que conociera los avances de la construcción. El pasado jueves concluyeron de erigir el cuarto gigante molino de viento, que más o menos es el doble de alto de la Torre Bicentenario ubicada en Ciudad Victoria, Tamaulipas, o bien, casi alcanza al mirador de la Torre Latinoamericana asentada en el corazón de la Ciudad de México. Sinceramente cada vez que piso esas mesetas del centro tamaulipeco me impresiona ver el naciente desarrollo, en medio de la emblemática llanura –porque encontraron vestigios antropológicos en el parque- y de lo colosal embalaje a la tan necesaria milimétrica operación realizada en su gran mayoría por tamaulipecos, casi 520 trabajadores son oriundos de esas tierras.

Conversando con mi buen amigo José María Leal Gutiérrez, titular de la Agencia Estatal de Energía, está historia todavía tiene muchos renglones por escribirse, misma que seguiré consignando y compartiendo con ustedes en este espacio. Justo en estos momentos se analiza la instalación de un parque eólico en los límites de Nuevo León y Tamaulipas, y vendrán otros más, como cinco nuevos autorizados para la región de Reynosa. Oportunidades que debemos aprovechar. ¿Usted qué opina? www.daviddorantes.mx

* El autor es consultor en comunicación política y del sector energético en Tamaulipas

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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