Monterrey

Entre Líneas

OPINIÓN. Por más que se haya dicho que Nuevo León no es Oaxaca, esto deja de tener validez ante el penoso panorama de ver tomar instituciones gubernamentales, bloquear carreteras o el mismo aeropuerto.

NUBES
La amenaza en ciernes que pende sobre la sociedad por parte de los maestros, la CNTE, o los afines a ella, como dicen los cercanos al movimiento, debe ser tomada muy en serio por parte del Gobierno de Jaime Rodríguez Calderón, ya que, por más que se haya dicho que Nuevo León no es Oaxaca, esto deja de tener validez ante el penoso panorama de ver tomar instituciones gubernamentales, bloquear carreteras o el mismo aeropuerto.

El aviso de la autoridad gubernamental de utilizar la fuerza pública para evitar estas acciones pone al Gobernador y al Secretario de gobierno ante dos panoramas muy complicados: si no actúas con mano dura, el pueblo los tachará con una etiqueta de mansedumbre y pusilanimidad, y por el contrario, si no permites los bloqueos, la etiqueta de represor te seguirá por el resto del sexenio.
Difícil disyuntiva, difícil decisión.

TERNIUM
Muy contentos andan los directivos de Ternium México porque durante el mes de junio, cinco plantas del grupo recibieron el refrendo de la Certificación de Industria Limpia por parte de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA).

Las plantas certificadas están ubicadas en Nuevo León en los municipios de Apodaca, San Nicolás de los Garza y Monterrey, son: Centro de Servicio Comercial Apodaca, Centro de Servicio Industrial Apodaca, Planta Largos Norte, Planta Juventud y Planta Churubusco.

Esta certificación consiste en que cada una de las plantas, durante el lapso de dos años, cumplen o tienen un desempeño ambiental superior a lo establecido en la normatividad que les aplica, con base a las características de los procesos, instalaciones, materiales manejados, entre otros aspectos a considerar.
Enhorabuena.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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