Lo primero que hay que aclarar, es que el proyecto de Presupuesto de Egresos para 2017 que presentó el Ejecutivo Federal al Congreso,
en realidad NO incluía un ajuste de 239.7 miles de millones de pesos
(con relación al presupuesto aprobado para 2016) tal y como lo anunció la Secretaría de Hacienda a los medios de comunicación, sino de solo 95.4 miles de millones de pesos.
La explicación radica en que el referido "ajuste" era solo para el denominado Gasto Programable, ya que el Gasto No Programable, el cual incluye los intereses de la deuda y las Participaciones a los Estados, se incrementa en 144.3 miles de millones de pesos, por lo que en realidad la reducción al Presupuesto 2017, (Gasto Neto Total) es de solo los 95.4 miles de millones de pesos ya apuntados.
Otra "aclaración" al recorte de 239.7 miles de millones de pesos, es en el sentido de que este monto ya incluye los dos recortes anunciados al presupuesto 2016, uno en febrero por 132.3 miles de millones de pesos, y otro en junio de este año, por 31.7 miles de millones de pesos, por lo que el famoso recorte en realidad sería de solo 75.7 miles de millones de pesos, cantidad incluso muy inferior al incremento
programado en el Gasto No Programable.
Bueno, pues la cosa es que durante este año 2016, el Gobierno Federal ha estado percibiendo ingresos extraordinarios que nunca soñó recibir, al grado tal que los dos ajustes anunciados para el gasto de este año, no solo no se han hecho efectivos, sino que el gasto que estiman ejercer sobrepasará ampliamente al gasto aprobado por el Congreso.
Es decir, se está repitiendo la misma historia de 2015, cuando también
se anunció un recorte al gasto por 124.3 miles de millones de pesos,
que no solo no se materializó, sino que el gasto realmente erogado fue muy superior al aprobado, misma situación que estamos viviendo en este año 2016, ya que las propias autoridades hacendarias estiman que el gasto real superará los 5,253 miles de millones de pesos, cuando el gasto aprobado fue de 4,764 miles de millones de pesos, es decir un
sobregiro de 489 mil millones de pesos, equivalentes a poco más del 2.5 por ciento del PIB.
Este sobregiro en el gasto que estamos ejerciendo en 2016, está siendo
posible porque los ingresos percibidos han sido impresionantemente
elevados, empezando por los 239 mil millones de pesos del remanente de operación del Banco de México que transfirió a la Secretaría de Hacienda, así como el IEPS a las gasolinas y la impresionante
recaudación de ISR, producto de la mejor fiscalización vía los Certificados Fiscales Digitales por Internet.
De tal suerte, si se compara el Presupuesto presentado para 2017 y se
le compara, pero no contra el aprobado el año pasado, sino contra el
que se espera ejercer realmente este año, la historia es que habría una reducción en el gasto gubernamental de 415 mil millones de pesos, equivalentes a más del 2 por ciento del PIB.
Es decir, agotadas ya las fuentes de mayores ingresos para el Gobierno
Federal, pues es muy difícil que en 2017 los ingresos presupuestarios
puedan seguir creciendo, lo que se prevé es que por primera vez, se materialice una verdadera reducción en el gasto público, lo cual reduciría aún más el ya incipiente crecimiento económico, poniéndonos quizás al borde de una eventual recesión.
* El autor es especialista en estudios económicos y de finanzas públicas. Actualmente ocupa el cargo de Socio Economía en Pérez Góngora y Asociados.
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