Monterrey

El petróleo y la responsabilidad política en México, dos activos escasos

OPINIÓN. La responsabilidad política en México no existe, ni siquiera se comenta, porque quizás es de mal gusto o “políticamente impropio” el hablar de este tema.

Hace tres décadas en México, López Obrador azuzaba a trabajadores petroleros y a todos sus seguidores a "tomar" instalaciones petroleras para acrecentar su fuerza política, especialmente en las zonas del Sureste del país, con ello nacieron los piratas ordeñadores de petróleo que hoy siguen causando pérdidas millonarias a la nación.

Otro discurso irresponsable de López Obrador, y coreado irresponsablemente por el PRI durante varias administraciones fue la de no permitir inversión extranjera en los negocios petroleros en México pretextando "soberanía nacional" y que el petróleo era un valioso activo, sólo propiedad de los mexicanos y aún a sabiendas del daño que le infringían al país estos líderes y partidos políticos, con lo que no sólo congelaron una y otra vez las acciones económicamente necesarias para el desarrollo del país sino que contribuyeron a la inestabilidad social que hoy reina en México.

En Tamaulipas ese mismo Partido hoy en el poder, y que se opuso castrantemente al desarrollo natural e internacional de la Industria de Hidrocarburos, hoy se vanagloria de que inversionistas estadounidenses tienen puestos los ojos en la "continuación de Eagle Ford Shale o en la Cuenca de Burgos y piensan invertir; es decir no solo hicieron el daño sino que dejan al descubierto que sus "principios" -del-petróleo-para-los mexicanos; era sólo una cantaleta política y que hoy se conformarán con lo que se oponían: Que inversionistas extranjeros les den trabajos de segunda a los mexicanos cuando vengan a explotar lo que no supimos hacer bajo la más grosera y procaz de las oposiciones políticas de oponerse solamente por ganar capital político.

Claro, la responsabilidad política en México no existe, ni siquiera se comenta, porque quizás es de mal gusto o "políticamente impropio" el hablar de este tema.

Hoy el valor de paridad del peso mexicano se encuentra en uno de los más bajos niveles de la historia, debido a la caída del precio del petróleo; obviamente la dependencia del país de la producción petrolera se encuentra a niveles de tan solo 5.3 por ciento, es decir a tan solo el 40 por ciento de los niveles de la productividad y dependencia de cuando hace dos décadas se negoció el Tratado de Libre Comercio (TLC) y los políticos del PAN proponían reformas necesarias en la industria petrolera, pero las otras facciones políticas se opusieron irresponsablemente. Hoy no tiene remedio y debemos de conformarnos con negociar el precio del petróleo para efectos presupuestales o de seguros internacionales a precios irrisorios.

La oposición irresponsable de los partidos mexicanos a construir refinadoras –para la producción de gasolina-, hoy cobra su precio, somos dependientes de la refinación en otros países y mientras que en Estados Unidos (EU) el precio de la gasolina es aproximadamente de 50 centavos de dólar por litro, en México el promedio esta el 50 por ciento arriba; es decir a unos 77 centavos de dólar por litro; inaceptable resultado de la impunidad que gozan nuestros políticos ante acciones de irresponsabilidad.

Mientras que la curva de producción de petróleo continúa cayendo y los precios de hidrocarburos en el mundo mantienen una inestabilidad difícil de predecir, los ingresos en la producción de automóviles y la inversión que las grandes armadoras están inyectando en México están permitiendo que tengamos una economía sana y que la dependencia del petróleo no afecte nuestro crecimiento.

Entre los países de Latinoamérica, México sigue manteniendo liderazgo en crecimiento en el rubro de producción de la industria automotriz, que sin embargo se encuentra amenazado nuevamente por las conductas irresponsables; una en México es la de no aportar certeza jurídica a los inversionistas como ocurre en el caso KIA de Pesquería, Nuevo León, y desde EU, Trump que ha prometido acabar con el TLC, imponiendo tasas del 35 por ciento a la importación de automóviles.

Bueno el consuelo que nos queda es que no solo en México tenemos políticos irresponsables.

* El autor es analista político en Texas, y experto en temas de la frontera México-EstadosUnidos.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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