Monterrey

El crecimiento económico se desacelerará en 2017

Opinión. La incertidumbre sobre una política comercial más proteccionista en los Estados Unidos está generando retrasos en los proyectos de inversión en el país.

Los factores tanto domésticos como externos sugieren un entorno complicado e incierto para la economía nacional el próximo año. De acuerdo a los últimos pronósticos de la banca privada elaborados por Citibanamex, las expectativas de crecimiento económico el próximo año se moderarán. Se estima que el crecimiento será de 1.8 por ciento anual (por debajo del estimado para este año de 2.1 por ciento).
Además de ello, la inflación se espera llegue a 4 por ciento, de un
estimado de 3.4 por ciento a finales de 2016. Todo ello acompañado de
un ciclo de alza de tasas de interés del Banco de México que afectará a la inversión y al crecimiento del crédito.

El consumo privado ha sido hasta el momento el componente del producto interno bruto (PIB) que más ha contribuido al crecimiento. Ello como resultado del fuerte dinamismo el crédito al consumo, la histórica recepción de remesas de los Estados Unidos, y esencialmente por el aumento del ingreso disponible por una tasa de inflación que se ha mantenido en el rango de tolerancia del Banco de México. Sin embargo, las expectativas de todas estas variables se han deteriorado, particularmente la inflación, que ya observa el fuerte impacto de la desvalorización del tipo de cambio.

Por otro lado, es muy probable que se desacelere el crecimiento de la inversión en el país. La incertidumbre sobre una política comercial más proteccionista en los Estados Unidos está generando retrasos en los proyectos de inversión en el país. Asimismo, un ciclo de alza de tasas por una inflación que comienza a sufrir los estragos de la depreciación de la moneda moderará las decisiones domésticas de inversión. El alza de la tasa de interés no es una buena noticia en un entorno de una desaceleración económica y de un ajuste al gasto público.

Por el lado fiscal, es probable que la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público (SHCP) cumpla con su objetivo de finalizar el año con un superávit primario de 0.4 por ciento del PIB. Ajustes adicionales al gasto público, la depreciación de la moneda y las transferencias excepcionales del Banco de México a la SHCP se espera serán suficientes. Ello en un contexto donde los precios del petróleo se comienzan a recuperar (los ingresos federales relacionados al petróleo representan cerca del 20 por ciento del total). El problema de los ajustes al gasto público es que sigue afectando al crecimiento económico, en su gran mayoría a través de una menor inversión en obras públicas e inversión de Pemex.

Así, esperemos un 2017 con una desaceleración económica importante,
resultado principalmente de la incertidumbre de la política comercial en los Estados Unidos. Si se materializa o no un entorno externo más
adverso, el daño ya está hecho, y la persistente incertidumbre continuará perjudicando a las expectativas de crecimiento.

* El autor es el director general y fundador de GF GAMMA y catedrático en el ITESM campus Monterrey. Cuenta con un doctorado en Finanzas y maestría en Economía Financiera por la Universidad de Essex en
el Reino Unido, y una Licenciatura en Economía por el ITESM (campus Monterrey).

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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