Monterrey

El crecimiento de las ventas al menudeo podría moderarse

OPINIÓN. El sector externo no termina de repuntar lo que mantiene al sector manufacturero mexicano deprimido. El efecto indirecto de ello podría verse reflejado en un menor dinamismo en la demanda interna, afectando entre otros factores a las ventas domésticas.

El pasado 24 de junio el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) publicó las cifras de las ventas al menudeo para el mes de abril. Los resultados indicaron una expansión de 10.6 por ciento en su comparación anual para dicho mes y 7.9 por ciento anual para el año en su conjunto. Dentro de los componentes de las ventas al menudeo para el mes de abril destacamos el aumento anual en enseres domésticos de 21.4 por ciento, productos textiles y accesorios de vestir de 13.3 por ciento, artículos para el esparcimiento de 12.7 por ciento y vehículos de motor y refacciones de 12.1 por ciento.

Como comparativo, los estados de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas reportaron crecimientos de 8.9 por ciento, 19.3 por ciento y 9.4 por ciento, respectivamente de enero a abril. En el estado de Nuevo León resalta que a partir de enero de este año se han observado tasas de crecimiento anuales de doble dígito. Lo anterior refleja que el dinamismo del consumo se mantiene en el país, aunque existen factores que pudiesen moderar estas tendencias hacia adelante.

Si bien las ventas al menudeo continúan creciendo de manera importante comparadas con el 2015, en el mes de abril se observó una contracción de 1.4 por ciento en su comparativo mensual con cifras desestacionalizadas. No sería sorprendente comenzar a observar cierta moderación en el ritmo de crecimiento de las ventas en el futuro, analicemos por qué.

Si bien la inflación continúa en niveles bajos, existe mayor evidencia de una contaminación hacia los precios debido a la depreciación de la moneda (la inflación de bienes comerciable excluyendo alimentos se ubicó en 3.4 por ciento en la primera mitad de junio, por encima del centro de la meta del Banco de México).

La moneda ha perdido alrededor de 20 por ciento de su valor desde el año pasado y se percibe una mayor volatilidad en el futuro lo que generaría presiones al tipo de cambio. Ello debido a la incertidumbre provocada por el Brexit y la posibilidad de que Donald Trump sea victorioso en las elecciones de los Estados Unidos.

Por otro lado, el crecimiento del empleo formal ha comenzado a perder dinamismo. De acuerdo a cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) durante el periodo enero-mayo de este año, se registró un crecimiento anual de 3.7 por ciento comparado con 4.5 por ciento en el mismo periodo del año anterior. La misma inercia se observa en los estados del Noreste del país donde las tasas de crecimiento del empleo en el mismo periodo se redujeron: en Coahuila de 5.5 por ciento a 3.4 por ciento en el 2016, en Nuevo León de 5 por ciento a 4.3 por ciento y en Tamaulipas de 2 por ciento a 1 por ciento.

Finalmente, el sector externo no termina de repuntar lo que mantiene al sector manufacturero mexicano deprimido. El efecto indirecto de ello podría verse reflejado en un menor dinamismo en la demanda interna, afectando entre otros factores a las ventas domésticas. Así, una caída en el ingreso disponible (por presiones inflacionarias) aunado a una moderación en el ritmo de crecimiento en el empleo, y un sector extorno desfavorable son factores que sugieren una moderación en el ritmo de crecimiento en las ventas al menudeo en el futuro.

* El autor es consultor económico y académico, tiene un doctorado en Finanzas y maestría en Economía Financiera por la Universidad de Essex en el Reino Unido, y una Licenciatura en Economía por el ITESM (campus Monterrey).

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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