Monterrey

El complejo camino del Brexit, ¿solo del Brexit?

Opinión. El peso ha caído un 11.2 por ciento en lo que va del año, ubicándose como la segunda divisa más depreciada en el año.

En conversaciones con alumnos, constantemente surgen temas sobre acontecimientos mundiales recientes, sucesos cuyos efectos generan incertidumbre en los resultados económicos y financieros que los países, industrias y empresas tendrán en los próximos años. En mi último artículo elaboré como tema de discusión el Brexit. Me parece que los efectos que tendrá la decisión que fue tomada el 23 junio del
presente año por un apretado margen, llevarán a Reino Unido y a la Unión Europea (UE) por un camino complejo y de riesgos que se puede estudiar como ejemplo de lo que podría ocurrir a otras economías más débiles que la de Reino Unido.

La semana pasada, Theresa May, primera ministra de Reino Unido decidió no aplazar más la decisión para la salida del Reino Unido de la UE. Así, el artículo 50 del Tratado de Lisboa será activado a finales de marzo, estableciendo un plazo de dos años para realizar las debidas
negociaciones para efectuar el Brexit. Lo anterior implica: separaciones
de la fuerza laboral, de los tratados de comercio y de los mercados financieros de la UE.

Estos tres factores son de suma importancia para Reino Unido y en general para todo país que persiga el crecimiento económico y bienestar de sus ciudadanos. 

La negociación sobre el intercambio de la fuerza laboral es vital y May sabe que para tener éxito en la negociación debe ser flexible en el tema de la inmigración, de lo contrario otros temas como el de tarifas arancelarias para los productos de Reino Unido exportables a la UE
y el cumplir con las regulaciones a los productos de exportación se puede tornar en un problema para Reino Unido. Aunque es improbable que un tratado especial en el área de servicios financieros exista (el cual es una de sus principales exportaciones), un estudio del Banco Central
antes del referéndum estima que el Producto Interno Bruto (PIB) durante los próximos dos años puede disminuir en mayor proporción comparado a cómo habría sido si el Brexit no hubiese sucedido. Como miembro de la UE, Reino Unido es también miembro de la 
Organización de Tratados Internacionales (WTO) y comparte con ellos 53 tratados comerciales. Ahora, después del Brexit, Reino Unido deberá negociar de manera independiente su entrada al WTO, lo cual requerirá el consenso de los miembros.

La política de May ahora será llevar al Reino Unido a negociar más allá de la UE y volver a alcanzar el crecimiento y valor de la libra esterlina, la cual se ha depreciado aproximadamente un 17 por ciento desde la
fecha del referéndum, la última semana alrededor del 4 por ciento,
llegando al valor de $1.24 (el menor en 31 años). Esta precipitada caída se adjudica en parte a la incertidumbre ante las consecuencias del Brexit a las declaraciones del presidente francés, François Hollande, en las cuales asegura que no habrá concesiones a la Gran Bretaña en las negociaciones de su separación de la UE. Definitivamente Reino
Unido no está pasando por su mejor momento, a pesar de que tiene una tasa de desempleo de 4.9 por ciento, una tasa de inflación de 0.6%, un salario mínimo de 7.20 £/hora y exportaciones de 49 mil 840 millones de libras esterlinas. Resulta importante señalar las cifras anteriores porque mientras que en Reino Unido se encuentran analizando las
posibles implicaciones negativas que tendrá el Brexit en sus políticas
comerciales, económicas, financieras y sociales, en México, con una tasa de desempleo de 4 por ciento (aproximadamente un 50 por ciento de la población del país desempeña un trabajo en la economía informal), una tasa de inflación oficial de 3 por ciento (para la clase media la inflación del año es mayor a un 25 por ciento), un salario mínimo de 73 pesos por día y exportaciones de 32 mil 417 millones de
dólares, nuestros secretarios de gobierno ven una economía estable
para México a largo plazo. 

Añádase a lo anterior, el hecho de que el peso ha caído un 11.2 por ciento en lo que va del año, ubicándose como la segunda divisa más depreciada en el año.

Espero que nuestros secretarios, estadistas y académicos puedan
presentar estudios, como los realizados para el Brexit, que muestren los verdaderos riesgos en nuestra economía. La alta tasa de endeudamiento público del país y el déficit de la cuenta corriente han sido señalados por las calificadoras como riesgos reales que, eventualmente, llevarán a una disminución en la calificación soberana de México durante los próximos años.

* La autora es Profesora del Departamento de Finanzas y Contabilidad
y Directora Asociada de la Escuela de Negocios del Campus Monterrey.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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