Monterrey

El color del gato

OPINIÓN. A China le tomo menos de 40 años pasar de la pobreza extrema a ser la economía numero uno del mundo. Su PIB lo multiplicaron por un factor de 10 veces, en los últimos años ¡impresionante!

Deng Xiaoping fue primer ministro en China por allá de los años setentas y ochentas. Se le puede considerar como el artífice de la China moderna y vaya que China se está adelantando a cualquier otro país. Su filosofía, conocida como Dengismo (traducción libre) es eminentemente pragmática. Mao Tse Dong estableció el comunismo como la forma de pensar y de actuar en China y lo hizo brutalmente. Las historias de terror en sus métodos empleados abundan. Deng Xiaoping, por contra, se fue a lo práctico basado en la famosísima frase de que "no importa si el gato es blanco o negro, con tal de que atrape a los ratones". Comunismo o capitalismo da igual, con tal de que se logre la prosperidad para la población.

El desarrollo de China se centró en cuatro ejes: agricultura, industria, defensa y tecnología. En la actualidad, piense en como China se ha desarrollado en cada una de esas áreas. Ya están compitiendo en la carrera espacial. ¿Sigue pensando que lo hecho en China es de baja calidad? Sin pretender hacer un análisis comparativo sobre la calidad de la producción de bienes y servicios entre países, le recomiendo ir cambiando de paradigma.

A China le tomo menos de 40 años pasar de la pobreza extrema a ser la economía numero uno del mundo. Su PIB (medido a través de la Paridad del Poder Adquisitivo) lo multiplicaron por un factor de 10 veces, en los últimos años ¡impresionante! Aún así, en el 2010 fijaron una meta de duplicar su PIB para el año 2020. China rebasó a Estados Unidos como la economía más grande del mundo desde el 2014. Su último plan vigente de 5 años, dado a conocer en el 2016, se centrará en incrementar la innovación y el consumo interno (World Factbook).

Ha sido tal su desarrollo que llama la atención que, aunque sea de forma incipiente, están comenzando a subcontratar mano de obra en India, "porque los sueldos de la mano de obra en China ya están por las nubes".

Ver para creer.

¿Todo es miel sobre hojuelas? No, la contra es que, por ejemplo, no funciona Google ni Twitter y probablemente sea el país que más cámaras de vigilancia haya por habitante.

¿Que estuvimos haciendo en México en esos últimos 40 años? Disputas palaciegas, lidercillos que a fuerza quieren llegar a ser presidente sin importar a que personas e instituciones se lleven entre las patas mandándolas al diablo; criminales que no se de donde sacaron que pueden vivir como reyes a costa de los demás; corrupción, corrupción y más corrupción así como dilapidar carretadas de dinero en inútiles reformas electorales. No habrá que comer pero los políticos ven por nuestros derechos políticos. Tonto el que les cree.

¿Ha habido avances? Sí, sin duda, pero no de la magnitud requerida por el país y mucho menos para insertar a México en los primeros 10 lugares de las economías del mundo.

Mientras no tengamos conciencia de unidad para ver por nosotros mismos y siga habiendo intereses políticos y económicos particulares por encima del interés de la Nación, seguiremos igual con un crecimiento económico mediocre y desigualdad rampante. Pero no hay problema, y siempre terminamos en la autocomplacencia: "Ay la llevamos y vete por unas cervezas para descansar un rato".

El autor es Doctor en Finanzas por la Universidad de Tulane; cuenta con la Maestría en Alta Dirección de Em- presas, en el IPADE. Se desempeñó como Director Gen- eral de entidades del área Internacional en Santander Serfin. Es Director del programa OneMBA y tiene su Despacho asociado con Crowe Horwath para proporcio- nar asesoría en temas de Finanzas Corporativas.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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