Monterrey

El Bitcoin, moneda que no es moneda y sus beneficios colaterales

Desde mi perspectiva, el único elemento de valor que acompaña al Bitcoin es el Blockchain (Cadena de Bloques) mecanismo mediante el cual se reconoce una transacción.

Sabemos que el Bitcoin fue introducido en 2009 como un medio de pago, aunque en la actualidad es considerado un activo virtual. Hay quienes definen al Bitcoin como una moneda, aunque ésta concepción es equivocada ya que no la emite un banco central, no está regulada y su oferta y demanda no tiene ningún factor fundamental que respalde su valor, sino que obedece únicamente a la especulación.

En este contexto cabe mencionar que una moneda es un activo aceptado como medio de pago de bienes y servicios y los precios de éstos son fijados en términos de la moneda, lo que la convierte en una unidad de cuenta, además de ser un depósito de valor ya que puede utilizarse para realizar transacciones futuras. Todas las monedas son emitidas por un banco central, por lo que están reguladas y, cuando son de libre flotación, su valor se fundamenta en indicadores económicos como el PIB, las tasas de interés, la tasa de inflación, los niveles de desempleo, la inversión extranjera directa, entre otros factores.

La oferta y la demanda de cualquier activo financiero (una acción, un bono gubernamental, un bono corporativo, un Fideicomiso de Infraestructura y Bienes Raíces -Fibra-, un Certificado de Capital de Desarrollo –CKD-, por mencionar solo algunos) se fundamenta en la creación de valor que ofrece (generación de riqueza y bienestar social, así como cuidado medioambiental) aunque ciertamente las variables del entorno económico, financiero y de los negocios, a nivel nacional e internacional, pueden ocasionar desviaciones de su valor fundamental.

Claramente, ni los elementos que definen a una moneda ni lo que sustenta la oferta y la demanda de un activo financiero están presentes en el Bitcoin.

En tan sólo cuatro meses, del 16 de octubre de 2017 al 16 de febrero de 2018, el precio del Bitcoin se incrementó de aproximadamente cinco mil dólares a casi 20 mil, para caer a casi siete mil y luego subir a más de 10 mil dólares. Esta volatilidad se explica en términos de la especulación más que de un fundamento de valor. La magnitud de esta volatilidad, en los últimos 20 años, solamente la puedo comparar con la volatilidad que observamos en la burbuja de las empresas tecnológicas, a inicios de los años 2000, y con la de la industria inmobiliaria del 2008, originada en Estados Unidos y cuya repercusión fue mundial. De ahí que quiénes están comprando Bitcoins a partir de préstamos bancarios o de la venta de verdaderos activos, deben tener cuidado con la posible explosión de esta burbuja.

Desde mi perspectiva, el único elemento de valor que acompaña al Bitcoin es el Blockchain (Cadena de Bloques) mecanismo mediante el cual se reconoce una transacción. En virtud de que el Bitcoin fue pensado originalmente como un medio de pago, el Blockchain es la tecnología sobre la que se montó el Bitcoin para minimizar la posibilidad de que un mismo Bitcoin, en posesión de una entidad particular, se utilizara para dos transacciones diferentes. Por ejemplo, si usted tiene un billete de 200 pesos y con éste paga cualquier bien o servicio, en ese momento usted no podrá usar ese mismo billete para otra compra. Este ejemplo sencillo ilustra, de manera general, el principio del Blockchain cuya finalidad, en este contexto, es garantizar que una vez que un Bitcoin se ha utilizado por una entidad particular, ésta no utilice el mismo Bitcoin para otra transacción, sino que este Bitcoin llegue a la otra parte involucrada en la operación.

El principio del Blockchain podría ser de gran beneficio en otros ámbitos, en los que sea necesario garantizar la legitimidad de ciertas transacciones y descentralizarlas. Algunas de estas transacciones las visualizo en el ámbito de la educación, con la finalidad de eliminar la falsificación de títulos o grados universitarios o cédulas profesionales; en el sector energético de México para administrar la correcta implementación de los Certificados de Energías Limpias; y en el sector bancario para garantizar la validez y legitimidad de las transacciones electrónicas, por citar solo algunas industrias en las que el Blockchain ayudaría a detonar procesos legítimos y eficientes.

Aunque creo que el fenómeno alrededor del Bitcoin está alimentado únicamente de la especulación, no puedo dejar de reconocer que el Blockchain puede contribuir de manera significativa a la eliminación de la corrupción y a hacer más eficientes algunos procesos, en muchos aspectos de nuestra cotidianeidad.

El autor es Director del Departamento de Administración, Emprendimiento y Mercadotecnia; Director de la Especialidad en Administración Energética, EGADE Business School, Tecnológico de Monterrey. ozavaleta@itesm.mx

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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