Desmantelan la Secretaría de Economía en este sexenio

Si analizamos la evolución del presupuesto federal asignado a la Secretaría de Economía durante este sexenio que está por concluir, lo que observamos es una caída vertical en el monto de recursos asignados a esta Secretaría, en lo que bien se podría catalogar como un verdadero "Waterloo" presupuestal.

Si revisamos el presupuesto aprobado por la Cámara de Diputados para el año 2012, que es cuando el Presidente Peña Nieto toma posesión, a la Secretaría de Economía se le asignó un presupuesto de 18 mil 623 millones de pesos, sin embargo, cerró el año con un ejercicio presupuestal de 20 mil 27 millones de pesos, es decir, un 7.5 por ciento más de lo autorizado por el Congreso.

El 62.5 por ciento del presupuesto aprobado, se destinaba a Subsidios, (11 mil 650 millones de pesos) y se apoyaba principalmente a la Micro, Pequeña y Mediana Empresa, la cual acaparaba más del 60 por ciento de los apoyos (siete mil 48 millones de pesos) y en total se operaban siete programas específicos.

Sin embargo, si revisamos el presupuesto que se aprobó para este último año de gobierno, 2018, lo que encontramos es que el presupuesto que propuso el Ejecutivo para la Secretaría de Economía, y que aprobó la Cámara de Diputados, fue de solo nueve mil 578 millones de pesos, cantidad que equivale al 47.8 por ciento, en términos nominales, del presupuesto erogado al inicio del sexenio.

Si consideramos que el incremento en el índice de precios al consumidor durante el presente sexenio es de 26.9 por ciento, 20 mil 27 millones de pesos del año 2012, equivalen a 25 mil 405 millones de pesos de 2018, por lo que el presupuesto asignado a la Secretaría de Economía para este año, de nueve mil 578 millones de pesos, tienen un poder adquisitivo de solo el 37.7 por ciento con relación al presupuesto ejercido al inicio del sexenio.

Es decir, en términos REALES, el presupuesto de la Secretaría de Economía ha disminuido en un 62.3 por ciento durante el presente sexenio!!!

De los siete programas que se atendían en 2012, para este año 2018 ya solo quedan cuatro, pues han sido eliminados tres de ellos, el Fondo de Micro Financiamiento a Mujeres Rurales, el Fondo Nacional de Apoyo para Empresas en Solidaridad, y el de Competitividad en Logística y Centrales de Abasto.

El principal programa de apoyo operado por esta Secretaría, para las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas, que luego se transformó en el Fondo Nacional Emprendedor, operado por el Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM) ha visto reducido su presupuesto de siete mil 48 millones de pesos en 2012, a tres mil 940 millones de pesos en 2018, registrando una caída del 44 por ciento en términos nominales, y de 57 por ciento en términos reales.

El programa para el desarrollo de la industria de software, pasó de 716 millones de pesos en 2012, a solo 225 millones en 2018, lo que representa una caída de más de 68 por ciento en términos nominales y de 75 por ciento en términos reales, es decir, los apoyos se han reducido a solo una cuarta parte.

En materia de subsidios diferentes de programas de apoyo sujetos a reglas de operación, (otros subsidios) principalmente aplicados a promover la inversión extranjera, el presupuesto ha caído de 770 millones de pesos en 2012, a 241 millones de pesos en 2018, casi un 70 por ciento menos en términos nominales y de 80 por ciento menos en términos reales.

Esta caída vertical en los recursos aplicados a la Secretaría de Economía, la ha hecho pasar del 0.5 por ciento dentro del presupuesto federal, a solo el 0.2 por ciento, lo que pone de manifiesto el reducido interés que ha mostrado esta administración en incentivar e impulsar la actividad económica nacional.

Sin duda, este es un factor más que explica el bajo crecimiento de la economía nacional, de solo un dos por ciento promedio anual durante el presente sexenio, juntando ya 18 años de un desempeño económico francamente insuficiente y decepcionante.

Ojalá que la nueva administración tome en cuenta este "Waterloo" presupuestal que ha tenido la Secretaría de Economía durante este sexenio y no reduzca aún más su raquítico presupuesto.

El autor es especialista en estudios económicos y de finanzas públicas. Actualmente ocupa el cargo de Socio de Economía en Pérez Góngora y Asociados.

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