Monterrey

¿Daremos el Grito de Independencia el 19 de Septiembre?

OPINIÓN. En México vivimos todos los días una tragedia mucho mayor que la del temblor, pero esta tragedia a diferencia de las causadas por la naturaleza, la estamos alimentando nosotros con nuestra irresponsabilidad, nuestra indolencia ante el crimen y la corrupción.

No soy muy creyente ni de lo esotérico ni de las coincidencias como la de que el día 19 de septiembre de 2017 haya ocurrido un desastre muy parecido al ocurrido el mismo día pero en 1985. Por otra parte, si creo que nos están repitiendo la lección para ver si ahora si la entendemos y la aprendemos, y es que más allá de lo trágico o lo mediático (incluyendo el drama inventado sobre la niña Frida) hay algo que llama profundamente la atención, y es la capacidad con que espontáneamente muchos mexicanos son capaces de responder, organizarse, moverse, y hasta exponer la vida para ayudar a sus semejantes en desgracia, y todo esto sin esperar nada a cambio.

Pero no nos engañemos, hay muchas otras tragedias, las que ocurren todos los días en nuestro país, y a las cuáles, no sé si porque ya nos acostumbramos a ellas, o porque creemos que no es nuestro problema, ni respondemos, ni nos organizamos, ni nos movemos, ni somos capaces de exponer la vida para ayudar a nuestros semejantes. Son las tragedias que todos los días vemos en los noticieros y en todos los medios de comunicación: asaltos, secuestros, extorsiones, fosas comunes, los desaparecidos, impunidad, etcétera, lo de todos los días, lo que poco a poco deja de ser noticia.

Yo me pregunto cuál es la diferencia, porqué ante una tragedia como la del temblor, que provocó un daño y un número de muertes realmente insignificante en comparación con lo que nos están costando las otras tragedias, las que resultan de la violencia, la criminalidad y la impunidad.

Comparemos algunas cifras para entender de lo que estoy hablando: se estima de manera preliminar que los costos por la reconstrucción de casas y edificios dañados por este último temblor serán cercanos a los 40 mil millones de pesos, y para comenzar eso y más nos ha costado a los mexicanos cada uno de los exgobernadores Duarte (Javier y César), o Guillermo Padrés, y cuánto nos cuesta mantener a paraestatales y sindicatos como los de PEMEX (con todo y la ordeña de ductos), IMSS, CFE, la CNTE y la SNTE, y toda la colección de partidos políticos y sus abonados (diputados, senadores), y los gobiernos federales, estatales y municipales.

Hagan sus apuestas, ¿cuánto creen que nos cuesta? La verdad es muy difícil hacer una estimación de manera objetiva, pero instituciones como Corporación Financiera Internacional (IFC), o el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), la Organización de los Estados Americanos (OEA), y Transparencia Internacional México, ubican el costo de la corrupción y la impunidad en México entre el 9 y 10 por ciento del Producto Interno Bruto de México (PIB). Para tener una mejor idea de esto, la corrupción y la impunidad en 2016 debió costarnos cerca de $7,815,948,004,600 contra los $40,000,000,000 de lo que se estima costarán los daños materiales de este último terremoto: resulta que el costo de un año de corrupción e impunidad en México es aproximadamente 195 veces el costo total de la reconstrucción.

Si comparamos las muertes que este último temblor generó, probablemente no sean más de 400 los muertos, pero comparando esta cifra con el promedio mensual de 85 muertos en México por la narcoguerra, entonces se esperarían alrededor de 1020 muertos en todo 2017, pero esto no incluye las muertes por todos los demás crímenes en México.

En resumen, en México vivimos todos los días una tragedia mucho mayor que la del temblor, pero esta tragedia a diferencia de las causadas por la naturaleza, la estamos alimentando nosotros con nuestra irresponsabilidad, nuestra indolencia ante el crimen y la corrupción.

Sueño con que esa unión que se vio en todo el país para ayudar a quienes fueron víctimas del temblor, despierte en nosotros el deseo de acabar con la otra tragedia, organizándonos, moviéndonos, y hasta exponiendo la vida para ayudar a nuestros semejantes en desgracia, antes de que seamos nosotros los directamente afectados por el crimen ¿realmente creemos que a nosotros no nos va a pasar nada?

Ojala que este 19 de septiembre sea recordado en el futuro no sólo por el temblor, sino porque ese día los mexicanos nos hayamos dado cuenta de que el gobierno no nos va a resolver ningún problema, tenemos que independizarnos del gobierno y actuar por nuestra cuenta como sociedad, como ciudadanos organizados y unidos para resolver los problemas que violencia y la criminalidad representan.

El autor es profesor del Departamento Académico de Contabilidad y Finanzas del Campus Monterrey. Su correo electrónico es luisprott@itesm.mx

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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