Monterrey

Crowdfunding: la revolución que apenas comienza

OPINIÓN. Con su llegada, la inversión en el sector inmobiliario deja de ser parte de un club exclusivo, pues los interesados no necesitan estar afiliados a instituciones, estar acreditados o tener grandes sumas de capital para participar.

Las plataformas de crowdfunding son entornos digitales donde la gente que necesita dinero para invertir en un proyecto se conecta con la gente que lo tiene. Los emprendedores publican sus proyectos en busca de financiamiento por parte de inversionistas, quienes pueden participar y monitorear sus propiedades y rendimientos en un solo portal web.

A diferencia de las REIT, este tipo de inversión permite prestar capital u obtener participación accionaria en proyectos específicos, y no necesariamente en portafolios enteros.

La principal función del crowdfunding es que integra y democratiza. Con su llegada, la inversión en el sector inmobiliario deja de ser parte de un club exclusivo, pues los interesados no necesitan estar afiliados a instituciones, estar acreditados o tener grandes sumas de capital para participar.

Dado que la naturaleza del crowdfunding es facilitar y conectar a los jugadores para que se asocien en transacciones voluntarias, uno de los retos mayores yace en los gobiernos, que deben tanto crear un ambiente fértil para estas plataformas como hacerlas seguras para los inversionistas que las utilizan.

La revolución ya es un hecho, pero también una gran promesa. La inversión vía crowdfunding en general ha crecido más del doble cada año. Según datos del Banco Mundial, escalará a una cantidad mayor a los 93 mil millones de dólares en el año 2025.

La inercia del crowdfunding de participación accionaria es tan fuerte que incluso superará esta misma década las sumas levantadas vía capital de riesgo o inversionistas ángeles.

En el crowdfunding de real estate se estimaron operaciones cercanas a los 3 mil 500 millones de dólares en el 2016. Con el pronóstico de que el crowdfunding de nicho está por explotar, los resultados de su aplicación en bienes raíces no parecen tener un techo definido. Apenas estamos por presenciar su verdadero potencial.

El autor es socio fundador y CEO de Orange Investments.
Columnista invitado.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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