Monterrey

Caída en construcción pública resta dinamismo a economía de NL

OPINIÓN. El estado de Nuevo León cayó de ser el segundo estado que más aporta al crecimiento nacional al cuarto, debajo de la Ciudad de México, el Estado de México y Guanajuato

El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) publicó recientemente el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE), el proxy estatal del PIB. Dichos indicadores destacan que la región del Bajío es la más dinámica del país, superando a Nuevo León en la contribución al crecimiento nacional.

El estado de Nuevo León cayó de ser el segundo estado que más aporta al crecimiento nacional al cuarto, debajo de la Ciudad de México, el Estado de México y Guanajuato. ¿Por qué está perdiendo empuje el crecimiento económico de la entidad? Por el pobre desempeño del sector de la construcción, particularmente pública.

La economía de Nuevo León creció 3.6 por ciento en su comparativo anual (con cifras originales) durante el primer trimestre del año, sustentado por la recuperación de la producción manufacturera. El sector servicios también continuó con un crecimiento sólido, 5.5 por ciento anual, y representando el 85 por ciento de la actividad económica total.

Sin embargo, la industria es el componente de la economía más relevante para el crecimiento de la entidad. De acuerdo con la Secretaría de Economía estatal, el sector manufacturero creció 10 por ciento real anual en abril y mayo, lo que sugiere que la tasa de crecimiento será mayor en el segundo trimestre de este año. El sector manufacturero de la entidad se está beneficiando de un repunte de las exportaciones mexicanas hacia EUA, ante un mejor desempeño de la industria de ese país.

Si bien el sector manufacturero, dentro de la industria, es el más importante para la entidad, la construcción es un componente que no termina de repuntar y que le está restando crecimiento a la economía estatal. El sector de la construcción registró una caída de más del 20 por ciento anual, a mayo de este año. Cabe destacar que tanto la construcción privada y pública muestran un desempeño negativo.

Mientras la privada ha caído 6.3 por ciento a mayo de este año, la pública presenta una fuerte contracción, de 55 por ciento. La desaceleración de la construcción privada es resultado de la incertidumbre que se ha vivido por la renegociación del TLCAN y su posible impacto hacia la economía real (retrasando la toma de decisiones) y por el ciclo de alzas de tasas de interés del Banco de México.

Por otro lado, la construcción pública es el resultado de una muy baja asignación de recursos hacia este rubro. Para este año, la inversión pública federal para obras de infraestructura en Nuevo León asciende a solamente 0.3 mil millones de pesos. Esto contrasta con la asignación de recursos hacia obras de infraestructura en Jalisco (6.1 mil millones de pesos) y hacia el Estado de México (18.1 mil millones de pesos).

Les comparto un ejercicio muy interesante. ¿Qué pasaría con el crecimiento estatal si la construcción presentara un crecimiento nulo o positivo de 5 por ciento, en lugar de registrar tasas de crecimiento negativas (como lo es hasta el momento). La economía en el primer escenario hubiese crecido 4.5 por ciento real y hasta 4.7 por ciento real anual en el segundo caso, durante el primer trimestre del año.

Así, la falta de asignación de recursos federales hacia obras públicas está mermando el crecimiento de la entidad. Aun así, se espera un mejor desempeño del crecimiento estatal en el segundo trimestre del año, sustentado por el aumento de doble dígito del sector manufacturero en los meses de abril y mayo.

El autor es el director general y fundador de GF GAMMA y catedrático en el ITESM campus Monterrey. Cuenta con un doctorado en Finanzas y maestría en Economía Financiera por la Universidad de Essex en el Reino Unido, y una Licenciatura en Economía por el ITESM (campus Monterrey).

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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