Monterrey

Agenda 2030

OPINIÓN. Es aparentemente contradictorio que en un país como el nuestro, con los altos niveles de obesidad y diabetes, tenga al mismo tiempo millones de gente con hambre.

A Martha, por su incansable compromiso

Hay esperanza cuando una vez más las naciones del mundo han decidido sumarse a una visión conjunta de largo plazo para lograr en lo social, económico y ambiental un avance.

Fue en el año 2015, en la Cumbre Mundial cuando los países miembros de la ONU plantearon los retos para el año 2030; 17 objetivos, entre los que destacan: fin a la pobreza, hambre cero y reducción de desigualdades, así como varios relacionados al medio ambiente.

Me dio gusto saber que el Consejo Nuevo León y por ende el gobierno del Estado, están sumados a este proyecto.

Por hoy solo hablaré de uno de los objetivos que tiene muchas matices y se plantea copiar algo de lo que se está haciendo en Egipto y se vincula indirectamente con el tema de salud; el de CERO HAMBRE.

Es aparentemente contradictorio que en un país como el nuestro, con los altos niveles de obesidad y diabetes, tenga al mismo tiempo millones de gente con hambre. Si, estar gordo no necesariamente significa estar bien nutrido, sino simplemente tener "energía" para moverse un rato aunque luego se sienta peor.

De trabajarse en el objetivo, Cero Hambre, con algunos puntos que han y están funcionando en otros países, nos ira muy bien y nos involucrará a muchos. Esto quiere decir, que se buscará atacar el problema, logrando que en nuestro estado todo mundo logre por lo menos una comida al día.

Para lograr esto, se invitará a distintas instituciones que utilizan comida en grandes cantidades, para que sus "sobrantes" limpios, puedan ser canalizados a donde existe gente que no tiene que comer. Por ejemplo, en la estación del Metro en Francia, las tienditas que venden comida del día como tortas, sacan por la noche lo que no se vendió sin ponerlo en la basura para que esto sea recogido por quienes padecen falta de alimento. En Nuevo León, desde hace varios años las tiendas de autoservicio donan sus frutas y verduras para que Cáritas lo canalice a quienes tienen menos oportunidades.

Ahora se trata de crecer el espectro, involucrarnos a todos y todas: desde un no te sirvas más de lo que te vas a comer para que no lo tires, a porciones más pequeñas, a mejor precio en los restaurantes. Aunque no lo crean, esto apoyará a bajar indirectamente el consumo de calorías en la sociedad y puede ser el inicio de una bajada de peso colectiva.

En hora buena por este paso y caminemos todos al objetivo CERO HAMBRE.

La autora es maestra en Administración Pública. Tiene experiencia en administración pública local y estatal y en el área de docencia. exdiputada federal. Se define como ciudadana de tiempo completo.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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