Monterrey

A pesar de los huracanes, en Texas, “El cambio climático no existe”

OPINIÓN. Existen irrefutables pruebas que demuestran que el cambio climático en nuestro orbe se debe en buena medida a la emisión de contaminantes por la extracción de petróleo con los nuevos métodos denominados: “extracción de gas por procedimientos hidráulicos –fracking-“.

Los cambios climáticos en el mundo afectan globalmente, los huracanes se multiplican y la gran barrera en Australia ha perdido el 6 por ciento de sus corales y de seguir así en 70 años no existirá más, pero los agentes causantes que mantienen grandes intereses sobre carboníferas y nuevos métodos de explotación de petróleo y gas no presagian nada bueno ni para México, ni para una posible mejora en el clima mundial.

"Hace seis años, líderes estatales convocaron para administrar mejor la salud de los ríos de Texas. Sin embargo, los defensores del medio ambiente temen que la ecología siga tomando un segundo plano, mientras los legisladores se preocupan por tener suficiente agua para saciar las ciudades con rápido crecimiento en Texas. Ahora, cada río de Texas está amenazado por una sequía casi sin precedentes y por los efectos amenazantes del cambio climático", señaló un estudio publicado en el Texas Tribune en 2015.

Existen irrefutables pruebas que demuestran que el cambio climático en nuestro orbe se debe en buena medida a la emisión de contaminantes por la extracción de petróleo con los nuevos métodos denominados: "extracción de gas por procedimientos hidráulicos –fracking-", que ha sido prohibido en diversos países de Europa; sin embargo en México el gobierno federal y estados ven en la energía fósil una fuente de riqueza, necesaria para abatir la pobreza.

Los investigadores dicen que el Río Grande –como se le denomina al río Bravo en Estados Unidos (EU)-, es uno de los cuerpos de agua más estudiados y controvertidos en América y el Río Grande se ha convertido en tema de batallas legales privadas, interestatales e internacionales,que se intensificaron durante la sequía que precedió a las grandes inundaciones acarreadas por los ciclones, producto del calentamiento en los océanos.

A unos 60 kilómetros, río abajo, de Del Río, cerca de Piedras Negras, Coahuila, una batalla sobre una mina de carbón y su posible impacto en el afluente es una fuente de discordia entre los EU y México. Durante años, funcionarios locales y ambientalistas han tratado de detener la expansión de una operación de minería de carbón propiedad de México en Texas, alegando que contaminará el río, la principal fuente de agua de la ciudad, la empresa, llamada Dos Repúblicas, tiene una filial en México que está explotando carbón de baja calidad y descargando una parte de sus residuos en el torrente, dijeron los residentes locales.

Por otro lado, el Informe sobre violaciones a los derechos humanos al agua potable y saneamiento en México 2017, del Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario –IMEDEC-, indica que: "Entre los problemas que dejará el fracking en las comunidades está la contaminación y deterioro del suelo, el subsuelo, el aire, el agua, la flora, la fauna, los cultivos y el ganado, fuentes de agua sobreexplotadas, deterioro ambiental irreversible, daños a la salud, a las viviendas y los servicios básicos como el agua potable, profundización de la pobreza, disputas por el territorio, afectación del tejido social y desplazamiento forzado".

Pero estimado lector, a pesar de que el gobierno federal como los estados de Veracruz, Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Chihuahua, San Luis Potosí, Hidalgo, y Puebla promueven el fracking, --desestimando los riesgos que esto conlleva,- al menos en este renglón lo que dictará la decisión final sobre la continuación de las explotaciones de gas por fracking en México serán los mercados.

Un economista de la industria energética declaró recientemente: "En cuanto a la industria de gas de EU, sin la válvula de exportación de gas a México, nuestros precios estarían alrededor de sólo 2 dólares – 33 por ciento por debajo del mercado actual. La buena noticia es que México limita con EU, así que eventualmente, nuestra industria masiva del esquisto –fracking- fluirá naturalmente hacia México mientras que la arena de la energía norteamericana se hace más integrada".

Es obvio que en México no tenemos la infraestructura para este tipo de explotación, que sin duda empezará a florecer, pero los costos de inseguridad, falta de estructura carretera, los esquemas de robo de combustible y otros factores serán difíciles de abatir y por ello el consumo de gas importado, presumo, será lo conducente.

Texas, ya ha señalado en múltiples ocasiones que es un estado petrolero, y por ello cierran los ojos ante los daños ecológicos declarando voz en cuello que "el cambio climático no existe, es una bandera política de los demócratas."

El autor es analista político en Texas, y experto en temas de la frontera México-Estados Unidos.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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