Monterrey

¡A jalar, que se ocupa!

OPINIÓN. Aunque los números de empleo hayan mejorado en Nuevo León y las tasas de desempleo hayan disminuido de manera importante, el poder adquisitivo de los trabajadores de la entidad sigue deteriorándose.

Estamos a unos cuantos días de cumplir dos años de tener un gobernador independiente en Nuevo León y vale la pena hacer un análisis de su gestión en el área de empleo y desempleo.

Como las comparaciones son odiosas, pero necesarias, vamos a revisar los dos primeros años de gestión de Jaime Rodriguez Calderón y los vamos a comparar con los dos primeros años de Rodrigo Medina.

Revisando las tasas de desocupación que nos arroja el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), que elabora con base en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), el gobierno de Medina recibe la administración con una tasa de desempleo del 8.1 por ciento. En ese mismo mes de octubre de 2009, la tasa de desempleo nacional era sólo de 5.7 por ciento, por lo que la brecha era amplia entre el desempleo registrado a nivel estatal con el comparado en todo el país.

Cuando se cumplen los dos primeros años del Gobernador Medina, la tasa de desempleo de la entidad logró bajar notablemente a 6.6 por ciento mientras que la nacional bajó moderadamente a 5.4 por ciento.

Cuando Jaime Rodriguez toma posesión en 2015, la ENOE decía que en Nuevo León teníamos el 4.7 por ciento de la población económicamente activa en el desempleo, lo que significa que Medina logró reducir en todo su sexenio casi a la mitad el desempleo en la entidad. Hasta agosto de este año, la tasa de desempleo en el estado era de 3.7 por ciento, mientras que en ese mismo periodo la tasa de desempleo nacional pasó de 4.6 a 3.4 por ciento. Aunque la tasa de desempleo estatal sigue siendo más alta que la nacional, la brecha se ha reducido significativamente.

Si revisamos el número de trabajadores asegurados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), vemos que en los dos primeros años del gobierno anterior, los nuevos trabajadores aumentaron en 125,014, lo que significa un incremento de 10.6 por ciento con respecto al inicio de ese sexenio. En el gobierno independiente, el número de asegurados nuevos en el IMSS fue de 321,143, lo que representa un aumento del 21.1 por ciento con respecto al inicio de su gobierno.

Esta diferencia entre uno y otro gobierno es abrumadora, pues mientras el número de trabajadores nuevos en el IMSS se duplicó en estos dos primeros años con respecto a los dos primeros años de Medina, significa que la iniciativa privada generó más empleos formales registrados ante el IMSS. Las razones de porque sucedió esto podrían fincarse en una mejoría en el ambiente de los negocios, expectativas optimistas y condiciones fiscales favorables para los empresarios.

Aunque parezca que todo va bien, hay una asignatura pendiente. Si revisamos el salario diario asociado a esos nuevos trabajadores en el IMSS, durante los dos primeros años de Medina, este pasó de 266.63 pesos en octubre de 2009 a 285.58 pesos. Cuando Jaime Rodriguez comenzó, ese salario era de 337.50 pesos y el mes pasado fue de 371.78 pesos.

Aunque el salario de los nuevos trabajadores registrados en el IMSS, en el gobierno actual creció 10.2 por ciento, superando el crecimiento de los dos primeros años de Medina (7.1 por ciento), el salario real disminuyó.

La inflación interanual acumulada del último año fue de 6.66 por ciento, lo que superaría el incremento promedio del salario diario (5.1 por ciento).

Eso significa que aunque los números de empleo hayan mejorado en Nuevo León y las tasas de desempleo hayan disminuido de manera importante, el poder adquisitivo de los trabajadores de la entidad sigue deteriorándose, lo que implica que aunque haya más "jale" este no es el mejor remunerado.

Y esa, creo yo, debe ser una asignatura que debe resolver el gobierno actual en el presente sexenio: recuperar el salario real de los nuevoleonenses. Para lograr esto, al gobierno del estado aún le quedan cuatro años, claro, serán menos si nuestro gobernador se distrae soñando en ser presidente y no trabajando para Nuevo León. Y si eso llegara a suceder, con todo derecho habría que decirle al gobernador: ¡A jalar, que se ocupa!

El autor es economista y profesor de Finanzas y Economía de la Escuela de Negocios del Campus Monterrey. Su correo electrónico es: edcarbaj@itesm.mx

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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