El Banco de México publicó su Informe Trimestral esta semana donde analiza con detalle la evolución de la actividad económica en el país. El informe reporta una expansión económica robusta durante el 2023 destacando el buen dinamismo de todos los componentes del crecimiento, es decir, del sector primario, secundario y terciarios.
Se suman nueve trimestres consecutivos de crecimiento trimestral, si bien, el cuarto trimestre de 2024 ya muestra signos de debilidad al presentar una expansión de apenas 0.08 por ciento en su comparativo trimestral.
Banxico menciona que la debilidad reciente de la actividad económica se debe al estancamiento del sector manufacturero y de la construcción residencial. Cabe destacar que, al interior del sector manufacturero, se percibe una marcada desaceleración en la producción y exportación de automóviles.
El informe muestra niveles históricamente elevados de inversión pública, aunque con cierta atonía hacia finales de 2023. En ese mismo periodo de tiempo la inversión perdió dinamismo contrastando con un consumo privado que continúa creciendo. Una menor inflación aunada a mayores salarios está elevando la masa salarial real.
El mercado laboral continuó mostrando signos de fortaleza con una tasa de desempleo de 2.8 por ciento y la generación de miles de puestos de trabajo. Banxico estima que si bien la brecha del producto, es decir la diferencia entre el PIB real y potencial, se mantuvo en terreno positivo disminuyó hacia finales de 2023. En materia de inflación esta se ubica en niveles muy inferiores a los observados hace un año. El informe contrasta la evolución descendiente de la inflación de las mercancías con precios persistentemente elevados de la inflación de los servicios.
En su postura de política monetaria se menciona que se mantiene en un tono restrictivo, el cual ha contribuido a moderar los precios al consumidor. Parece que la Junta de Gobierno está conforme con un recorte a la tasa de interés en las próximas reuniones. Para 2024 y 2025 Banxico estima un crecimiento económico de 2.8 y 1.5 por ciento, respectivamente. Además, espera que la inflación converja a su meta apenas en 2025.
Como riesgos al alza para la inflación se consideran la persistencia de la una inflación subyacente elevada, episodios de depreciación bancaria, mayores costos de producción, afectaciones climáticas que perjudiquen la oferta y el escalamiento de conflictos bélicos globales. Como riesgos a la baja se consideran una actividad económica menor a lo esperado, un menor traspaso de los costos a los precios, efectos positivos del tipo de cambio.
El autor es director general de Soluciones Financieras GAMMA y profesor de Economía y Finanzas de EGADE Business School. Tiene un doctorado en Finanzas y maestría en Economía Financiera, ambas por la Universidad de Essex en el Reino Unido. Fue el economista en jefe para México de Itau BBA, director general adjunto de Organismos Financieros Internacionales en la SHCP e investigador en el Banco de México.