China anunció que puso fin a la devaluación del yuan, luego de tres días de ajustes.
La noticia parecía que aliviaría las presiones sobre las monedas emergentes, entre ellas, el peso. Sin embargo, otra fuerza externa volvió a sacudir a dichas monedas.
Los precios globales del petróleo cayeron nuevamente y con ello desataron una ola de coberturas hacia activos de menor riesgo, como el dólar, con las consecuencias para el peso.
En este contexto la moneda estadounidense alcanzó el máximo histórico número 14 del año en su cotización corporativa frente al peso mexicano, y también en las ventanillas de los bancos.
De acuerdo con cifras publicadas por el Banco de México, el dólar cerró en 16.3845 unidades a la venta, con lo que estableció su segundo máximo histórico en agosto y el número 14 en lo que va del año.
En el día, el peso retrocedió 7.95 centavos, equivalente a 0.49 por ciento.
En operaciones de menudeo o de ventanilla, el dólar se vendió en un promedio de 16.69 pesos.
LAS MALAS NOTICIAS NO CEDEN
Los detonantes que hundieron a la moneda nacional a un nivel sin precedente fueron una renovada preocupación con respecto a un incremento en la tasa de referencia de la Fed y la persistente debilidad en los precios del petróleo.
En Estados Unidos, se dieron a conocer datos económicos favorables, lo que ayudó a fortalecer al dólar en el mercado internacional.
En el principal socio comercial de México se dio a conocer que las ventas minoristas subieron 0.6 por ciento durante julio, en línea con lo esperado, pero la cifra de junio fue revisada de menos 0.3 por ciento a sin cambio.
Las ventas minoristas, sin el efecto de los transportes, subieron 0.4 por ciento en julio. En este caso la cifra de junio también fue modificada fuertemente al alza.
Las solicitudes por seguro de desempleo se ubicaron en 274 mil en la semana terminada el 8 de agosto, por arriba de las 270 mil esperados, aunque se mantienen cerca de mínimos del año.
En el corto plazo, las cifras económicas más fuertes, tiende a reforzar la posibilidad de un alza en la tasa de referencia de la Fed, lo cual es negativo para el peso.
El precio del WTI cerró en 42.23 dólares, su nivel más bajo desde el 3 de marzo de 2009; a pesar de la turbulencia, el precio promedio de la mezcla mexicana de petróleo se aferró al piso de 40 dólares y se cotizó en 40.20 unidades.
El rendimiento del bono norteamericano líder a 10 años quedó el miércoles en 2.15 por ciento por arriba de su cierre del martes de 2.14 por ciento.
En el informe que presentó el Banco de México, destaca el señalamiento de que uno de los riesgos para la inflación se relaciona con la fortaleza mostrada por el dólar, aunque de momento este efecto no es considerable.
Una de las muchas formas a las que se puede recurrir para apoyar el peso, se relaciona con un posible incremento en la tasa de referencia del Banco de México.
No obstante, una medida de esta naturaleza puede ser retrasada lo más posible por su efecto negativo sobre la actividad sobre la economía de nuestro país.
Ahora los mercados están divididos respecto a lo que hará la Fed en septiembre.