Mercados

Salvo el peso, los mercados bostezan ante ‘sube y baja’ de Trump

Los precios de la deuda y las acciones de Estados Unidos han mostrado las fluctuaciones más pequeñas para cualquier año de elecciones presidenciales en al menos dos décadas. En los mercados internacionales, el peso ha sido la única excepción.

Mientras un agitado Donald Trump luchaba para esquivar a una sosegada Hillary Clinton en los últimos momentos del debate presidencial de la semana pasada, los mercados empezaron a repuntar en Asia y el precio del oro comenzó a caer. Esas eran señales de alivio de los inversores, aseguraron los artículos de prensa, de que una presidencia de Trump era cada vez menos probable.

Si es así, fue la primera vez en un convulso año de elecciones que los mercados mundiales en general reaccionaron de un modo u otro al ascenso operístico de Trump como portavoz de los votantes descontentos que buscan derribar el orden establecido. A medida que su destino ha sufrido altibajos, la reacción de los mercados ha sido mínima.

Los precios de la deuda y las acciones de Estados Unidos están mostrando las fluctuaciones más estrechas para cualquier año de elecciones presidenciales en al menos dos décadas, según datos compilados por Bloomberg. Este es un escenario poco probable para los mercados que temen un cambio radical. Cuando Donald Trump derrotó a 16 oponentes en las primarias republicanas, los movimientos en los mercados de Estados Unidos no mostraron correlación con sus subidas y bajadas en las encuestas. Cuando se une la volatilidad de las acciones con la de los bonos, los mercados financieros están más cerca de seguir el patrón de 2012, cuando Barack Obama se convirtió en el primer presidente desde Ronald Reagan en ser elegido y reelegido por la mayoría de los votantes.

Esto implica que los inversores no creen que Trump vaya a ganar, o simplemente no les importa. La indiferencia no puede ser descartada - los profesionales financieros saben que los presidentes no pueden hacer magia sobre los asuntos económicos como ellos dicen. Pero la excepcional estabilidad de los mercados globales ante la agitación política de Estados Unidos favorece a la primera explicación: En contraste con los años de elecciones anteriores, los inversores están convencidos de que sólo hay un resultado probable en esta ocasión.

El hecho es que el índice Standard & Poor's 500 ha subido de forma irregular este año sin ninguna correlación con la tendencia de subida y bajada de Trump en las encuestas. A veces las ganancias y pérdidas del mercado coincidieron con su destino político. Otras veces no.

TRUMP Y EL MERCADO BURSÁTIL DE 2016


Cuando Trump repuntó entre el 4 de abril y el 24 de mayo, alcanzando su nominación, el S&P 500 subió un 0.5 por ciento. Cuando tropezó entre el 24 de mayo y el 17 de junio, cayó un 0.2 por ciento. El índice subió un significativo 4.6 por ciento cuando Trump se recuperó entre el 17 de junio y 27 de julio, pero se apreció un poco más cuando el candidato retrocedió durante dos semanas después de eso. Las encuestas mostraron a Trump ganando entre el 8 de agosto y el 15 de septiembre, mientras el S&P 500 caía un 1.5 por ciento. A continuación, las encuestas lo mostraban bajando del 15 al 22 de septiembre, y el índice subió un 1.4 por ciento.

Cualquier posibilidad de una presidencia de Trump debilitaría al dólar y los títulos de deuda de Estados Unidos, de acuerdo con los estrategas de inversión de MRB Partners.

"Sobre la base de las propuestas fiscales, los valores del Tesoro y el dólar correrían un mayor riesgo si Trump es elegido, reflejando un déficit presupuestario mucho más grande", escribieron en un informe el 13 de septiembre.

Sin embargo, en el mercado de valores del Tesoro, las fluctuaciones de precios diarias durante los últimos nueve meses no muestran afinidad con las subidas y bajadas de Trump en las encuestas.

PESO MEXICANO

Ha habido una notable excepción a la apatía de mercado sobre Trump: los inversores que compran y venden el peso mexicano han demostrado preocupación. No hay duda de que ellos creen que una presidencia Trump sería mala para el vecino del sur de Estados Unidos si el empresario del sector inmobiliario y franquicias de casino cumple su promesa de construir un muro en la frontera y anular el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que incluye a Canadá, México y Estados Unidos. El peso perdió el 11 por ciento de su valor frente al dólar este año casi al mismo tiempo que Trump se fortalecía en las encuestas, y caía hasta un nivel mínimo record de 19.93 el 27 de septiembre cuando el sondeo de Bloomberg Politics mostró que estaba empatado con Clinton.

Eso tiene sentido. Desde que el TLCAN entró en vigor en 1994, el comercio estadounidense con México aumentó cinco veces, a más de 500 mil millones en productos anualmente. México , como tercer mayor socio comercial de Estados Unidos después de China y Canadá, envió el 73 por ciento de sus exportaciones a Estados Unidos en 2015, según datos compilados por Bloomberg.

Sin embargo, aunque el destino político de Trump tiene el poder de mover un mercado cambiario, cae en oídos sordos en otros. Ni su elogio del presidente ruso, Vladimir Putin, ni sus expresiones de desprecio por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hizo nada para mover el rublo.

No sólo no ha habido relación ALGUNA entre el desempeño del mercado y las encuestas sobre Trump, sino que ha habido pocas señales de ansiedad entre los inversores sobre el veredicto que los votantes darán en noviembre.

Las fluctuaciones de los precios de la deuda y las acciones este año son las más pequeñas desde 1992, cuando Bloomberg comenzó a recopilar estos datos. La volatilidad implícita media del S&P 500 durante los últimos 120 días es de 14.4 por ciento.

Es una cifra más baja que en cualquiera de los años de las últimas seis elecciones presidenciales, y significativamente inferior a la volatilidad media durante esos años, situada en el 18.3 por ciento. En el mercado de bonos, los inversores globales revelan que no hay ninguna expectativa de que 2016 será un año de cambios significativos. Esto se debe a que la volatilidad implícita de los valores del Tesoro es del 68,7 por ciento durante los últimos 120 días, menos que en el mismo periodo de cualquier año electoral desde 1988 y muy por debajo del promedio de 105.3 por ciento de las últimas siete temporadas de campaña electoral.

Resumiendo, la inusual estabilidad de los mercados de Estados Unidos este año podría implicar que los inversores esperan que si Trump gana la presidencia de Estados Unidos, el mundo no experimentaría ningún cambio significativo con respecto a la administración Obama. Trate de encontrar a alguien que crea eso.

*El autor de esta columna es fundador de Bloomberg News

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