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¿Por qué el factor geopolítico le pega al peso?

El impacto al peso por el factor geopolítico llega desde dos vertientes: los movimientos de capitales y los riesgos para la economía global, incluyendo a la de México.

El peso mexicano acumula un descalabro superior al 2 por ciento en los dos días recientes; actualmente cotiza arriba de 15 pesos en el mercado interbancario valor spot (48 horas).

Las presiones cambiarias han llevado la cotización a buscar el nivel máximo histórico que data del día 9 de marzo de 2008 cuando la modalidad spot terminó en 15.49 pesos por dólar, desde entonces no veíamos un dólar tan caro en México.

Un aspecto destacado es que las causas de la caída del peso, o del repunte del dólar, son básicamente externas, el factor interno está prácticamente ausente; en éste sentido es más difícil anticipar los movimientos cambiarios ya que salen por completo del control de cualquier autoridad nacional.

Si bien la globalización es determinante, vale la pena explicar con mayor profundidad las causas del impacto para el peso mexicano, a fin de no dejar la justificación en una sola palabra: globalización.

El impacto externo para el peso llega en dos vertientes: la primera es por medio de los movimientos de capital; el enrarecimiento bélico en el mundo, más los riesgos económicos, generan que los capitales busquen más seguridad, aunque México destaca como un país estable en sus fundamentos, es un hecho que todavía no llega al nivel de seguridad de naciones como Alemania, Japón, Francia y desde luego, Estados Unidos.

El peso lo resiente, los inversionistas foráneos, muy activos en el mercado mexicano, demandan dólares para diversificar sus portafolios y pasar una parte de sus fondos a opciones con mayor garantía de seguridad, menos inestables o riesgosos.

En la otra vertiente, se encuentran los riesgos para la economía global, ya de por sí afectada por el bajo crecimiento; los conflictos bélicos generan expectativas de menor dinamismo económico, con impacto en expectativas como el consumo, la demanda global, el crecimiento de las empresas, etcétera.

En este entorno, los países emergentes, como México, pagan el precio de ser importadores netos de capital; es decir, son mercados que atraen inversiones en condiciones de "normalidad", mismas que se retiran, o al menos una parte de ellas, cuando crece la incertidumbre y los riesgos geopolíticos.

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